DE LA LEY DEL VINO (O COMO SE VAYA A LLAMAR)

imageEn su línea habitual de sobreproteccionismo de la sociedad, de gran padre que sabe lo que nos viene bien y nos obliga a cumplirlo, el gobierno actual de España prepara (parece ser) una ley que supervise, modere, controle (o cualquier eufemismo que se les ocurra) el consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo el vino (algunos enlace más: la clave, el confidencial digital, ideas y debates). Parece que el detonante de esta ley es el creciente problema que tiene nuestra juventud con el alcoholismo, plasmado finsemanalmente en el fenómeno del botellón. No quiero entrar en argumentos demagógicos (buenas tardes, señor Santamaría) de si ya antes íbamos de botellón, ya antes menudos cogorzones en la Universidad, etc. Lo que sí es cierto es que en esta ley de bebidas alcohólicas se mete en el mismo saco todo aquello que tenga (creo) más de 0.5% de alcohol. Por lo tanto, el vino estará también bajo las garras restrictivas de esta limitación. Y digo yo ¿No se dan cuenta los responsables políticos que el consumo de vino no tiene nada que ver con el botellón, ni con la afición a beber de la juventud? He vivido un año en Dinamarca y otro en USA. Allí nos vanagloriábamos de que en España bebíamos vino en las comidas, de que beber vino era algo cultural, con lo que nos criábamos, sin que ello supusiese que fuéramos todos unos borrachos descontrolados; nos mofábamos de las prohibiciones de vender bebidas alcohólicas los domingos, de los impuestos altísimos. Allí (Dinamarca, Suecia) con todas esas medidas restrictivas y con los impuestos estratosféricos sobre el alcohol, los chavales cogían el ferry de Suecia a Dinamarca, para comprar en el duty-free y emborracharse (de ida) y dormir la cogorza (de vuelta). Allí (USA) las fiestas de fin de semana en las casas de los adolescentes terminaban con frecuencia con visitas de la policía. Y llevaban años de restricción. En USA casi podría decirse siglos.

Tal vez deban entender estas autoridades que el consumo desmesurado de alcohol con el único propósito de emborracharse y convertirse rápidamente en otra persona, no tiene nada que ver con la cultura de conocer y apreciar el vino. Tal vez deberían plantearse que alguien que sabe apreciar esta bebida jamás la tragaría a litros sin preocuparse de cómo o cuándo.

A pesar de tener un gobierno de izquierdas, contrario en las formas a todo aquello que recuerde al imperialismo yankee, en el fondo adopta medidas similares a las que prevalecen en el modelo de sociedad que odian. Y la sociedad española y europea (que se cree progresista en su gran mayoría) se va acercando, poco a poco, a esa otra que tanto criticamos: fines de semana en el centro comercial, cada vez más televisión y videojuegos, cada vez menos paseos y menos parque, comida rápida y simple, cada vez más consumo de refrescos (¿pensará la ministra que es mejor tomar refrescos light que vino?), cada vez menos legumbres, menos guisos… Sé que estoy mezclando churras con merinas, y que en todo esto también entra la adaptación a otro tipo de vida, fuera del hogar, con horarios de trabajo diferentes. Pero habría que resistirse en la medida de lo posible a abandonar los hábitos que forman (difusamente) nuestra cultura, la del sur de Europa.

Por cierto, no dejo de encontrar trabajos científicos serios en los que el consumo moderado de vino se relaciona con una menor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. En realidad eso forma parte de lo que ya se definió hace años como “la paradoja francesa”.

2 pensamientos en “DE LA LEY DEL VINO (O COMO SE VAYA A LLAMAR)

  1. Hola Jorge, ya se que este comentario no tiene nada que ver con el post que comenzaste…..pero como es el último creo que lo leerás antes.
    No te puedes ni imaginar las cosas que estoy escuchando de los alumnos en relación a la calidad del pescado congelado…..de verdad, es increible como un simple comentario puede desvariarse hasta convertirse en algo inconcebible…..te cuento…me han llegado varios alumnos diciéndome que algunas compañeras de su madre o sus propias vecinas han dejado de comprar pescado congelado porque han visto en le tele a algunos “grandes cocineros” rechazar ese tipo de producto por su “baja calidad” pero que por otro lado el pescado fresco es muy caro y no pueden comprarlo tan frecuentemente….¿?, no sé, es un tema complicado porque al final siempre pasa lo mismo, la gente más humilde sale perjudicada.
    Personalmente he tomado una pequeña medida y es organizar un seminario en la escuela sobre: “Cocina del pescado congelado” donde pretendo explicar los procesos tecnológicos de congelado, y por supuesto alabar sus fantasticas propiedades nutricionales. En fin espero que todo pase y la gente siga consumiendo pescado congelado y a esos “grandes cocineros” habría que decirles cuatro cosas……
    UFFFF!!! ya estoy más relajado.
    GRACIAS
    Javier

  2. Sí, algunos deberían pensar lo que dicen antes de decirlo, y toros pensar que lo que otros dicen no siempre es digno de crédito. El problema es que el pescado mal congelado sí disminuye mucho en calidad (no nutricional, que esa es más o menos la misma lo congeles como lo congeles: igual que sin congelar). Por eso, si se opta por epscado congelado, es mejor comprarlo ya congelado que congelarlo uno mismo.

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