Existe un constante goteo de información científica sobre los beneficios de comer pescado; de hecho, aquí en lamarga ya se han comentado algunos. Pues nada, una par de ellos más (parecía que iba a decir que no se qué estudio desmentía esos efectos, eehhnnn??).
En la revista “Acta Paediatrica” se ha publicado un estudio llevado a cabo entre adolescentes suecos, en el que se postula que el consumo de pescado puede estar muy relacionado con el coeficiente intelectual, de tal manera que aumentar el número de veces que se consume a la semana parece asociarse a un aumento de determinados parámetros cognitivos. Concretamente…

de no comer pescado a comerlo una vez a la semana esto índices aumentaron un 6% (bueno, no nos saca de bobalicones, pero se notaría un poco menos), y consumiéndolo más de una vez por semana el aumento medio es del 11% (con eso digo yo que casi podemos aumentar un nivel de dificultad de sudoku). Este tipo de efectos se habían apuntado con anterioridad, la novedad del estudio es que es en adolescentes de entre 15 y 18 años, y el resto de estudios anteriores se referían a bebés o incluso a la alimentación de la embarazada. Comentario: los estudios epidemiológicos no pueden nunca ser concluyentes. En este caso, es muy fácil que los adolescentes que comen pescado más de una vez a la semana coincidan con familias de nivel sociocultural alto, que estén más pendientes (en general, con sus excepciones) de llevar una dieta sana. A su vez esos chavales habrán tenido mayores estímulos culturales y cognitivos durante su desarrollo (es solo una teoría, pero no suena del todo ilógica, ¿no?). Como si me hubieran oído, los autores señalan que “Encontramos también que esta asociación entre el consumo de pescado y la inteligencia en los adolescentes se daba independientemente del nivel de educación de los padres”.

En otro estudio en el “World Journal of Gastroenterelogy”, se detalla que el ácido docosahexaenoico (con ese nombre le sonará a poca gente, pero con su apodo aparece en sucedáneos de leche y cápsulas para bajar el colesterol: DHA, uno de los más insignes representantes de la famosa familia de los ómega-3, que es además abundante en pescados) detiene el crecimiento de algunas líneas de células tumorales de cáncer de colón in vitro (es decir, esto no se comprobó en pacientes, sino en células cultivadas). Los autores recalcan que estos descubrimientos apoyan el argumento de que el cociente entre ácidos grasos omega 6 (girasol, cereales, soja, pollo…) y omega 3 (pescado, linaza…) en la dieta es un factor muy importante en la proliferación de células tumorales en el cáncer de colón. Sugiere además que el consumo de suplementos de este ácido graso (DHA) podría detener el desarrollo de los tumores de colon (o por lo menos de alguno de sus tipos).

Aguafiestas: un artículo en el “Canadian Medical Association Journal”, nos recuerda que el nivel actual de consumo de pescado no es sostenible, que estamos esquilmando los mares, y que si encima se promueve el aumento de su consumo, en pocos años el mar se va a parecer al desierto del Gobi en cuanto a número de animalitos moviéndose por allí.
Esto ya es de mi cosecha. Solución: piscifactorías; pero resulta que para que los peces que crecen en las piscifactorías sean ricos en ácidos grasos omega-3 tienen que comer peces (o darles de comer piensos de plantas modificadas genéticamente…).

El cuadro es “Earth” de Basquiat.