TAMBIÉN CON LOS HUEVOS

Los seguidores más fieles de lamarga recordarán que hace unos años hubo una entrada sobre un artículo en el que se ponía de manifiesto que la carne de pollos “ecológicos” (o más bien, criados en libertad a la intemperie) tenía un mayor contenido en dioxinas (unos tóxicos cancerígenos provenientes mayormente de la contaminación industrial) que la de los pollos normales, lo que no dejaba de ser curioso y aparentemente contradictorio. Pues bien, parece que algo similar ocurre con los huevos (de gallina). Aquellos que provienen de gallinas criadas en libertad presentan mayores concentraciones de algunos contaminantes que los huevos corrientes de gallinas estabuladas.

Esto es lo que se desprende de un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry1, en el que unos investigadores de una universidad taiwanesa detectaron unos niveles 5,7 veces más altos de algunas dioxinas en los huevos de gallinas criadas en libertad, comparados con los huevos normales.

Ya entonces, en aquella entrada de 2007, comentaba que se sugerían dos explicaciones para este hecho: contaminación del suelo en el que se criaban las gallinas, proveniente de la contaminación ambiental (coches, fábricas…) o mayor acumulación en las que estaban libres por el campo, como consecuencia de un mayor ejercicio (a través seguramente de un metabolismo lipídico más rápido). En este caso los autores se inclinan más por el asunto de la contaminación ambiental, ya que las muestras de huevos con elevados niveles de dioxinas se corresponden con las de granjas más cercanas al área de la costa, donde están todas las industrias, mientras que las procedentes de las granjas en la zona montañosa, tenían niveles similares a las de granjas convencionales.

El cuadro es “Pera” de Botero.

  1. en cola de publicación, es decir, este enlace se autodestruirá en fechas no muy lejanas []

14 pensamientos en “TAMBIÉN CON LOS HUEVOS

  1. Muy interesante desde luego. El tema de los huevos la verdad es que cuando no es por una cosa es por otra, que siempre me crea dudas. Este tipo de investigaciones me hacen pensar que al final lo de ir a la compra se va a convertir en una odisea para poder elegir el producto teniendo en cuenta tanto detalle. Yo que de normal prefiero los huevos gallinas camperas que los de jaula… . Una vez más me parece que necesito una primitiva o cuponazo en su defecto para vivir sanamente, criar lo que como y sin duda, poder respirar aire puro y tranquilo…

    Un saludo.

  2. Pensaba que era un membrillo.

    By the way, un estudio hecho por investigadores en Taiwan ¿se puede extrapolar a España? En cualquier caso, siempre que alguien te trae huevos «del pueblo» o cosas así, parece que la garantía de calidad es indiscutible, pero no lo es tanto, ya tengo yo el blog de mi tío para rebatírselo a los pro-gallinas de la abuela.

  3. Gracias por el comentario Fátima.

    Si uno considerase toda la información que se genera, acabaría por no comer nada. El propósito de la entrada es desmitificar un poco determinados alimentos que parecen haberse ganado el marchamo de santidad antes de que se hayan evaluado.

    Saludos

  4. Gracias por el comentario Sobri.

    No es extrapolable, pero algo indica: que la contaminación llega a muchas partes, y que lo que creemos purísimo puedo no serlo tanto. En cuanto a lo de la comida que se traen del pueblo, es mejor comersela y no entrar en discusiones.

    Un beso

  5. Gracias por el comentario Miriam.

    No, parece que en este caso la contaminación no está en todas partes, porque los huevos convencionales no presentaban esos niveles tan elevados de dioxinas. En cuanto a las hormonas, antibióticos y otras lindezas, en este artículo no se analizaban (resulta muy complejo analizar cada uno de estos compuestos, así que los trabajos científicos suelen centrarse en un tipo concreto). Está claro que es más probable encontrarse con niveles más elevados de antibióticos en huevos comerciales que en los de gallinas criadas en libertad. La cosa entonces estaría entre elegir antibióticos o dioxinas 🙂

    Como he mencionado en el anterior comentario, la intención al reflejar aquí este artículo es cuestionar esa postura maniquea y apriorística de lo malo y lo bueno en el campo de los alimentos.

    Saludos

  6. Estos resultados, como alguien comenta, muestran que el mendio ambiente no se puede aislar localmente y evitar los contaminantes. Según mi parecer, los denominados contaminantes, si tienen una vida media muy larga, se han incorporado a los ecosistemas y forman parte de ellos. La vida se está adaptando a su presencia y dentro de 20.000 años (los que queden) serán «quasi naturales» o incluso no sabría como definirlos. Además nosotros tenemos incorporadas estas substancias y en mayor concentración. Es muy difícil que una civilización tecnológica no produzca contaminantes; aunque es evidente que somos una especie tecnológica infantil y con un sistema económico basado en el egoísmo (Adam Smith) pero con la ausencia de reglas morales que impidan los excesos del liberalismo sin control.

  7. No sabíamos lo que comíamos, cuando eramos animales pre-tecnológicos, no sabíamos lo que comíamos hasta hace poco, pero aún seguimos sin saber que es lo que comemos. Vemos sólo la superficie del aliemento, pero no su interior ni su composición. El desarrollo científico tiene límites a pesar de lo impresionante que pueda parecer nuestro conocimiento. ¿Por qué nos gusta un alimento y otro no? Yo no sabría indicare un único por qué.

  8. Pues yo me moriré recontaminado, pero no cambio unos buenos huevos fritos de de campo fritos en aceite de oliva con unas patatas a unos huevos del super .Saludos ¡¡¡¡ya tenemos aquí el veranito!!!!

  9. Gracias por el comentario José Antonio.

    Muy interesante la reflexión. Hay un momento en que lo «artficial» se acaba volviendo «natural», por mera presencia. Está claro que todo este tipo de contaminantes están muy ligados a la actividad industrial. El debate sobre en qué medida el liberalismo desbocado es el responsable último de su presencia es más peliagudo (la URSS contaminaba a diestro y siniestro, y China ni te cuento).

    Respecto al conocimiento de lo que comemos, es cierto que siempre parece quedar una última frontera, pero digamos que hemos pasado de ver el alimento como algo semimístico (algunos no han abandonado esa fase), a conocer muchas de las consecuencias de su componentes. Pero claro, ese poquito más que siempre queda, a veces es muy importante.

    Saludos. Siempre un placer José Antonio.

  10. Gracias por el comentario Sergi.

    Yo tampoco los cambio. Ni les mido las dioxinas. No obstante, en esto de lo de la abuela o lo del campo es mucho mejor, que muchas veces se cumple, cuando haces catas ciegas uno se lleva sorpresas.

    Saludos

  11. UNA DE LAS RAZONES DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS EN TAIWAN, Y POSIBLEMENTE EN OTRAS ZONAS CERCANAS, ES LA FALTA DE LEGISLACION EN MATERIA DE CONTROL SOBRE LOS PRODUCTOS ALIMENTARIOS, EN ESPAÑA LAS NORMAS PARA DETERMINAR UN PRODUCTO ECOLOGICO, CAMPERO O DE GRANJA SON MUY EXIGENTES Y ESTAN SOMETIDOS A FRECUENTES INSPECCIONES Y ANALISIS.

  12. Creo que haces muy bien en entrecomillar el «ecológico», referido a gallinas criadas en libertad. Como sabes, ambos conceptos, aunque ciertamente relacionados, no tienen por qué ser lo mismo.
    Por otro lado, el sistema de cría en libertad de gallinas está directamente ligado a la calidad del suelo de los parques, dada su ingesta de minerales para la formación de la cáscara. Y, efectivamente, si nos encontramos con suelos contaminados con PCDD los niveles en carne y en huevos serán muy superiores a los de animales confinados. Lo cual por otro lado es lógico, y me lleva a preguntarme por qué diablos los investigadores en cuestión no analizaron el contanido en contaminantes del suelo.
    Así no habría lugar a conjeturas.
    Un saludo, y enhorabuena por la calidad de los post. Son magníficos (en mi opinión, claro)

  13. Esedidio, gracias por el comentario

    Es probable que la causa sea la contaminación del suelo, aunque como se comenta en los enlaces que pongo a entradas anteriores, hay otras posibles hipótesis. Eso en cualquier caso explicaría la causa, pero no sería una solución. Ya en otros estudios se obtuvieron resultados similares, lo que indica que la contaminación de suelos no es algo raro en determinadas zonas (industriales, cercanas a carreteras…). Así que en esos casos las soluciones pasarían por disminuir la contaminación del suelo (más bien tirando a casi imposible a corto plazo) o estudiar la zona antes de explotar gallinas en libertad.

    Saludos

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