Nadie ha titulado así esta noticia, porque entonces sería mucho menos atractiva y atrayente. Pero es la conclusión más interesante y no tan sorprendente que se puede extraer. Además, como podrán constatar los que hayan seguido a lamarga durante estos años, esto mismo se ha venido indicando siempre por aquí.
La noticia es que un profesor de nutrición de la Kansas State University ha perdido más de 12 kilos en diez semanas siguiendo una dieta repleta de comida basura, incluyendo doritos, refrescos azucarados, donuts o manteca de cacahuete. Eso sí, con la premisa de ingerir menos calorías de las que gastaba. En este caso, el mencionado profesor (Mark Haub) calculaba que su gasto diario era de unas 2600 calorías, y consumía unas 1800 (de comida basura, pero 1800). Consecuencia: perdió peso, mejoró su índice de masa corporal, disminuyó su porcentaje de grasa corporal, pero además, le bajaron los niveles plasmáticos de colesterol y disminuyeron sus niveles plasmáticos de triglicéridos.