INDIGNADO

Hoy en día este estado de ánimo caracteriza a muchos españolitos de a pie, por multitud de variopintas razones. Lo cierto es que uno tiene causas para estar en casi permanente estado de indignación, pero eso cansa, y procura correr un tupido velo, para poder disfrutar (carpe diem) sin amarguras. Pero siempre hay un tema específico, algo que le llega a uno a la fibra sensible, y mire usted por dónde una señora médica ha dado en mi clavo.

La señora, doña Lalanda, tiene un blog  sobre asuntos médicos y sanitarios. Es sarcástica, ocurrente, un poco ácida, segura de sí mismo, de opiniones tajantes; vamos, que está en posesión de la verdad. Y mire usted por donde, en su afán de repartir justicia en el mundo, dio con el tema de la celiaquía: en un bochornoso artículo criticaba (con sorna) el hecho de que en la cabalgata de reyes se repartiesen caramelos sin gluten. Porque, puestos a atender a esa minoría de niños celiacos, ¿por qué no atender a todas las minorías? En su argumentación, mezclaba personas con esa enfermedad (que no pueden elegir) con otras que simplemente han elegido no tomar algún tipo de alimentos (veganos), y en el popurrí, incluía a niños de corta edad, a diabéticos, a alérgicos y un no corto etcétera. Y venía a decir que el que tenga un niño celiaco que se las busque como pueda, y que la administración es estúpida por querer satisfacer a esas minorías, porque como a todas no se las puede atender, ¿por qué hacer esa distinción?

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EN EL CAMINO PARA LA SOLUCIÓN DE LAS ALERGIAS ALIMENTARIAS

No son uno ni dos. Cada vez existe un mayor número de personas diagnosticadas con una alergia alimentaria: cacahuetes, huevo, pescado, mariscos, soja, nueces… Las consecuencias de estas alergias van desde la gran incomodidad de tener que estar siempre mirando las etiquetas de los envases o preguntando por doquier qué alimentos lleva la ensalada o el pastel, hasta la aparición de síntomas diversos cuando se consumen los alimentos en cuestión, como urticaria, inflamación, síntomas respiratorios, e incluso, muerte por edema de glotis. Como para tomárselo en serio, vamos.

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CELIACOS ANÓNIMOS

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En un estudio llevado a cabo por investigadores de al Clínica Mayo de Minesota (USA) y publicado en la revista Gastroenterology, se pone de relevancia que existen en la actualidad del orden de 4 veces más celiacos que hace 50 años, llegando a niveles de un 1% de prevalencia en la población. La celiaquía es una enfermedad que consiste (más o menos) en una reacción del sistema inmunitario contra una proteína denominada gluten que existe en el trigo (sobre todo), en la cebada y en el centeno. Esta reacción provoca un daño en las vellosidades intestinales, lo que a su vez conduce a síntomas como diarreas, malas digestiones, pérdida de peso, anemia, infertilidad, osteoporosis, enfermedades degenerativas de la mucosa intestinal… El problema es que muchos de estos síntomas son inespecíficos, y por ello puede haber un importante número de personas celiacas que no estén diagnosticadas. En este mismo estudio se revela que este último caso (el ser celiaco no diagnosticado) es más grave de lo que parece, ya que este tipo de población tiene una tasa de mortalidad ¡¡4 veces superior! a un celiaco diagnosticado. Y parece ser que hay estadísticas que hablan que por cada celiaco diagnosticado hay del orden de 30 sin diagnosticar.
El cuadro es “Madame Zborowska” de Modigliani.