EL OLOR A LECHE COCIDA Y EL AGUA OXIGENADA (UN TRUCO NUEVO, CREO)

Béatriceodilonredon

Antes se repartía la leche a domicilio. Era leche cruda, que había que cocer adecuadamente para asegurarse de que no había peligro de pillarse las temidas fiebres de Malta u otras enfermedades. Aún recuerdo los perolos de leche hirviendo y la nata (nata, sí, nata en este caso, porque era leche sin homogeneizar y ésta se separaba con facilidad al calentarla o solamente dejándola reposar) que retiraba mi madre y que se comía mi tío con el único acompañamiento de una cucharada de azúcar. Después llegó la leche esterilizada, en botella de cristal. Era ligeramente marrón y tenía un aroma muy evidente a calentamiento, algo así como a galleta: reacciones de Maillard a tutiplén. También apareció la pasterizada, en bolsa por aquel entonces, que tenía un sabor algo más parecido al de la leche cruda. Y más tarde surgió la leche UHT y se perfeccionaron los métodos de esterilización, de tal manera que se conseguían aromas menos a galleta que en la esterilizada tradicional, pero aún lejos del de la pasterizada o el de la cruda. En España la leche UHT ha triunfado sobre la pasterizada, mientras que en otros países (yo he vivido el caso de USA o Dinamarca) la leche UHT o esterilizada simplemente no existe.

En este contexto, hay dos preguntas que pueden resultar de interés: ¿Cuáles son las razones que explican la formación de este olor a leche cocida, que en general no agrada a nadie? y ¿Hay alguna manera de evitar ese olor cuando se cuece la leche para elaborar alguna receta? Vamos a ello. Sigue leyendo

HERRAMIENTAS DE LA NUEVA COCINA XXXVI: PIEL DE LECHE

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Lo cierto es que el tema láminas me va: de piel de cerdo, de yema de huevo… Hace ya algún tiempo, se describió por aquí un procedimiento para elaborar una láminas de leche que tenían una apariencia y consistencia muy similares a la seda, de tal manera que mostraban dobleces y arrugas parecidas a las de una pieza de tela. El asunto estaba basado en el uso de diferentes hidrocoloides. Paralelamente, diferentes restaurantes han desarrollado una manera diferente de elaborar láminas en las que la leche es el único ingrediente: Andoni Adúriz, Paco Roncero, los Roca o Rene Redzepi las tienen de una manera u otra en su carta. Y el procedimiento no puede ser más sencillo. Sigue leyendo

LA LECHE, EL SUEÑO Y EL PAVO DEL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS

Parece que no tienen mucho que ver, ¿verdad? Empezaré por lo que nos cae más lejos: existe una leyenda urbana en los EUA, de esas que con un par de palabras técnicas pretenden atribuirse más credibilidad (como el que cita una cifra de la que no se acuerda con decimales, para dar más credibilidad a su invención), que dice que el día de acción de gracias, después de haberse apipado de pavo, jarabe de arce, pasteles de calabaza y demás americanadas (muchas de ellas deliciosas), entra un sueño tremendo por la cantidad de triptófano que tiene la carne de pavo.

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SURTIDO DE «NOCEBOS»

Me ha gustado el palabro “nocebo”, que no conocía. Sería el primo hermano de placebo (que, dicho sea de paso, es uno de mis grupos fetiche), pero en su versión negativa. Es decir, expresa el efecto subjetivo de empeoramiento de la salud que perciben algunas personas cuando toman algo (un medicamento o algún componente de su dieta) y que no se corresponde con un efecto real; y consecuentemente, llevaría a la mejora (subjetiva) de sus síntomas cuando ese elemento deja de ser consumido. Aquello de las personas que sin ser intolerantes a la lactosa o alérgicas a las caseínas, dicen que se encuentran muchísimo mejor desde que no beben leche.

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¿POR QUÉ SE FORMA MEJOR LA ESPUMA EN LA LECHE SI ESTÁ FRÍA?

Con lo que quedan inauguradas una serie de entradas en las que se revisarán algunos de los capítulo del libreo “The kitchen as laboratory”, del que ya dispongo de una copia (en realidad son las pruebas de imprenta) y que estará en breve en las librerías de todo el mundo. Lo cierto es que es un libro de mil caras, como no podía ser de otra manera al tratarse de una obra coral, con un montón de autores variopintos, de formaciones diferentes, países distintos y maneras de ver y contar las cosas muy diversas.

Y para empezar, me ha llamado la atención el título del capítulo “Why does cold milk foam better?” (algo así como “¿Por qué la leche fría espuma mejor?”), en el que me he topado con dos físicas granadinas colaborando con un británico para explicar una pregunta que parece tan sencilla, y que (por cierto) me han hecho muchas veces y no he sabido responder bien.

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