Parece que el calor afloja un poco (no hay que confiarse), y aprovecho para esta breve selección de noticias que he visto por la red últimamente:
Parece que el calor afloja un poco (no hay que confiarse), y aprovecho para esta breve selección de noticias que he visto por la red últimamente:
De estos de noticias (sobre todo nutricionales o sobre la salud y los alimentos) que me han llamado la atención:
.- Cada vez veo más estudios en los que se señalan efectos beneficiosos del consumo de alimentos ricos en vitamina D (destáquese que no he escrito “suplementos”). Por ejemplo, en éste, publicado en el “Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry«, se estudiaron 3000 hombres de entre 40 y 79 años en ocho centros diferentes en Europa, y se comprobó que los hombres con niveles más elevados de vitamina D sacaban mejores resultados en tests de memoria, de capacidades de reconocimiento y de velocidad de procesado de la información (vamos, que eran más listos). Los efectos eran todavía mucho más marcados en personas mayores de 60 años. Buenas fuentes de vitamina D son la leche, la mantequilla, la margarina, pero sobre todo los pescados grasos y el hígado de pescados y otros animales marinos. Ya lo decían nuestras madres y abuelas: para ser listo y sacar los exámenes hay que comer pescado.
En estos días se me han ido acumulando algunas noticias interesantes que se han publicado en diferentes medios. Ahí va un resumencito:
.- El pH ácido (muy ácido) de algunas bebidas como zumos o determinados refrescos no afecta negativamente al tracto gastrointestinal. Algo que, en principio, no es ilógico suponer (el pH propio del estómago es aún más bajo, y es de suponer que estamos protegidos contra este hecho). En cualquier caso, descarta ese miedo que muchos tienen a la gran acidez de, por ejemplo, la coca-cola. Tendrá otros aspectos negativos, pero su acidez no. Publicado en Journal of Food Science.
Un artículo publicado en la prestigiosa revista «British Medical Journal«, pone de manifiesto un aumento en el riesgo de padecer gota (la enfermedad derivada del acúmulo de cristales de ácido úrico en las articulaciones) en hombres que tomaban dos o más refrescos (con azucar: me salvo) al día. Lo curioso (y malo, creo) es que el consumo de elevadas cantidades de fructosa (bueno, de bebidas con elevadas cantidades de fructosa) también aumenta en gran medida el riesgo de padecer esa enfermedad tan molesta. Y ahí entra el consumo elevado de zumos de fruta. Ergo, no es bueno sustituir el agua por zumos (es mejor sustituirla por vino, digo yo).
El dibujo es «Purgatorio», de Barceló.