XXL: EL TAMAÑO PARECE QUE IMPORTA (recuperado)

Gran revuelo con esto de las hamburguesas gigantes de BurgerKing. No tengo una opinión definida sobre el asunto. Por una parte, legislar (o aconsejar, o coaccionar) hasta ese punto me parece cercenar la libertad del que oferta y del que elige. Por otra parte, el índice de obesidad de la población, el número de diabéticos, la incidencia de enfermedades cardiovasculares, etc, demuestran que la cultura nutricional de nuestro entorno se va perdiendo (en realidad nunca ha existido tal cultura, pero coincidía que los hábitos alimenticios eran más o menos sanos), y algo hay que hacer para intentar corregir malos hábitos. En fin, independientemente de todo eso, un par de comentarios:

.- Se ha utilizado por parte de la administración la información científica (composición de las hamburguesas analizadas) de un modo sesgado. Por ejemplo, las calorías totales que se han venido barajando incluían el pan de la ración de la famosa XXL, pero para el contenido en grasa o el porcentaje de ácidos grasos trans se mostraba el dato de la carne únicamente. ¿No será que el responsable de turno quería meter más miedo todavía? Es mejor decir la verdad y bien dicha.

.- Se habla de las grasas trans que tienen las hamburguesas como tóxicas. Este término no es correcto. Es verdad que el consumo regular de grasas trans parece dar lugar al desarrollo de enfermedades de diferente tipo, pero su consumo puntual no provoca intoxicación alguna. Además, esos ácidos grasos aparecen de manera intrínseca en la grasa de los rumiantes. Es decir, que también tienen ácidos grasos trans el chuletón, la leche entera y el cordero asado, y sobre estos alimentos no se dice nada (y algunos de ellos también tienen mucha grasa). Evidentemente, se trata de proteger a un sector de la población que no come chuletones, come hamburguesas, pero tiene que hacerse (creo yo) con verdades monolíticas, porque sino, en cuanto la población maneje el dato de que la leche tiene también bastantes ácidos grasos trans ¿Qué hacemos? ¿No bebemos leche, o no hacemos caso al mensaje de la ministra?

.- Tal vez sería efectivo, además de insistir en la educación y en la información nutricional, disminuir los precios de otras comidas más “sanas”. Por el precio de las famosas hamburguesas, o de las de McDonalds, no te quitas el hambre a base de frutas o verduras. En USA se estaba hablando de la posibilidad de subvencionar (abaratar) el consumo de comidas más saludables.

.- Al final es todo una cuestión de cantidades y de frecuencia. Criminalizar una comida no tiene sentido, el problema es el hábito, el comer lo mismo (no muy sano) con mucha frecuencia. Si la gente joven comiera habitualmente en freidurías o en asadores también habría problemas de obesidad. Lo que ocurre es que la “comida basura” es más barata.

.- Me parece que refleja una gran pobreza cultural el hacer publicidad basándose en el tamaño de las raciones. El consumismo del imperio nos está invadiendo. Curioso. Gran parte de la población protesta airadamente contra la invasión cultural (y no cultural en otros casos y países) yankee, pero la mayoría acaba pasando por el aro en lo que consume, en sus costumbres e incluso en sus valores: comida basura, operación triunfo, series de TV….

El dibujo vuelve a ser de Turner, que las fotos de hamburguesas son feas y aburridas.