POESÍA Y CIENCIA (recuperado)

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Leo las dos reseñas que sobre “Explorando el mundo”, una antología en la que se trata la relación entre la poesía y la ciencia, escribe Santos Domínguez en “En un bosque extranjero” y en “Encuentros. De lecturas y lectores”. Sin necesidad de forzar mucho el hilo, me encuentro con una relación similar en todo esto que nos traemos entre manos. Tal vez no sea la cocina un arte (discusión baladí), pero desde luego el cocinero tiene mucho de creador; y que acuda (ahora) a la ciencia para aumentar su potencial creativo tiene sin duda algo que ver con lo que ya (nos cuenta Santos Domínguez) hacía Coleridge (me encanta la anécdota): “También en el proceso de asedio o de descubrimiento de la realidad hay relaciones evidentes entre la poesía y el número, entre la metáfora y la ecuación, entre el rigor y el ritmo, entre el verso y el universo. Por eso decía Coleridge que asistía a las clases de Química de la Royal Institution para enriquecer sus provisiones de metáforas.”
¿No enriquecen su provisión de metáforas los chefs cuando acuden a aprender sobre la reacción de Maillard, o sobre alginatos?