LOS MEJORES Y LOS PEORES

imageNuestra sociedad (la especie humana en general, creo) tiene una estúpida necesidad de categorizar, de decidir que es lo mejor y lo peor. En algunos aspectos concretos esto puede hasta ser necesario, pero en otros es absurdo. Los alimentos son un buen ejemplo: no hay alimentos buenos y malos en términos absolutos (comer solamente ajo… imaginaos). Pero de vez en cuando, en diferentes medios, nos vienen con listas que incluyen los diez mejores alimentos, los ocho imprescindibles, los cinco peores, los siete irrenunciables, los cuatro que te destrozarán la vida o los tres que harán que se te ponga más dura. Más que una estupidez es una simplificación excesiva, pero bueno, qué se le va a hacer. Ahora bien, es mucho peor cuando se ofrecen argumentos y resultan de una vacuidad palmaria. En el suplemento del diario El mundo de este fin de semana se ofrecía una lista con 10 imprescindibles, y otra con 6 (creo recordar) peligrosísimos. La primera en la frente: en el diario adjunto (el del Domingo), en la sección de ciencia venían dos noticias que tiraban por tierra muchas de las afirmaciones TAJANTES que se hacían en el suplemento del diario: los suplementos de antioxidantes pueden llegar a tener efectos perjudiciales sobre la salud (ya dijimos algo de esto en lamargarita) y el ajo parece no presentar los efectos tan saludables que tanto se habían publicitado. ¡La gallina! Es decir, que en lo publicado el mismo día por el mismo periódico se informa de una cosa y de la contraria.

Bueno, y lo de poner bien a algunos alimentos, al fin y al cabo, no tiene efectos muy nocivos para la población en general. Pero lo de denostar a otros debería estar perseguido. Por ejemplo, en ese brillante artículo publicado en el suplemento del mundo se criminaliza el consumo de productos cárnicos curados (jamón, salchichón, chorizo…) por su contenido en sales nitrificantes (nitratos y nitritos). Por supuesto, la persona que lo ha escrito no tiene ni idea de que su potencial efecto negativo se debe a la posible formación de nitrosaminas (cancerígenas) en el aparato digestivo a partir de los nitratos. Tampoco tiene ni idea de que el ácido ascórbico (vitamina C, para los que se asustan de los nombres reales de las cosas) que tienen añadidos todos los productos cárnicos minimiza dicha formación. Tampoco conoce esta persona (o personas) que algunos de los alimentos que se incluyen en la lista de los 10 deseados (muchas de las verduras), presentan de manera “natural” (je, je, je) niveles de nitratos infinitamente más altos que los que contienen (añadidos, “artificialmente” creo que dirían ellos) los productos cárnicos. Y es que la divulgación científica en este país suele estar en manos de personas sin ninguna formación, que acuden a fuentes de información sin espíritu y capacidad de crítica. Y si no, oigan a Punset, que de formación es licenciado en derecho y master en economía, pero de afición se dedica a hablar de ciencia, mirusted….Eso sí, es divertido. Es como si a alguien se le ocurriera poner en un país a una persona sin formación sanitaria de ministro de sanidad, o a alguien con escaso bagaje científico de Secretario de Estado de investigación…. Pero esto no puede ocurrir, ¿no?

(aunque el artículo es largo y trata también de otros temas, en el mismo sentido en que se habla aquí, en Golem blog se hace una revisión de la capacidad científica del Secretario de Estado y de la ya ex-Ministra de Educación, quedando el betún muy por encima de ellos…)

 

5 pensamientos en “LOS MEJORES Y LOS PEORES

  1. La buena alimentación se basa en la combinación “balanceada” de distintos alimentos porque no existe el alimento perfecto, ni el mejor, ni el peor. Además sería aburridísimo tener una dieta a base de un sólo producto, o de los diez mejores, por muy perfecto que sea. El huevo se considera uno de los pocos alimentos completos, pero… vaya por Dios que tiene alto contenido en colesterol. Pero yo lo compenso, y lo disfruto, con unas almendritas y vasito de vino tinto. No creo que se pueda ni se deba hacer un ranking de productos alimenticios, cada uno hay que valorarlo por sus propiedades y composición. Para ser honesta, prefiero no ver noticias relacionadas con la alimentación en la televisión o en la prensa porque la mayoría de las veces me acabo llevando las manos a la cabeza. Y es que algo falla… parece que cuando mas sabemos peores son los efectos en la población, por ejemplo la obesidad. En parte es por la [des-]información mediática, en parte por los mismos “especialistas”. Tenemos que ser extremadamente cautelosos y críticos con mucha de la información que sale de los laboratorios, lo que no es una tarea fácil pues hay que tener cierta educación en el tema. No hace mucho participé en un curso sobre nutrición, alimentos funcionales y suplementos alimentcios. Esto no es exactamente mi especialidad pero me gusta actualizarme en otras áreas. Me quede horrorizada por la cantidad de estudios científicos en los que no se tienen en cuenta diversos factores críticos y con conclusiones que no pasan de ser mera especulación. Desafortunadamente, muchos de estos estudios son los que alcanzan los medios de comunicación con mas facilidad, pues son objetivos del morbo y ya sabemos lo bien que esto se vende.
    Y para colmo los que nos gobiernan, los unos y los otros, empeñados en ponerle la guinda al pastel. No sé cual es su propósito… hacer ver que se preocupan por la salud de la gente?, justificar el cargo?, no sé, no sé… se me ocurren muchas preguntas. Pero es simplemente patético. Jorge, tu comentario de hoy me hizo sentir frustrada. Son muchas horas extras no remunaradas, pero trabajadas con gusto, que le dedico a la investigación, con el último propósito de mejorar la calidad de vida de personas alérgicas a alimentos y celiacos. Son muchas las alegrías y muchas las decepciones cuando las cosas no salen como espero… el laboratorio de investigación es así. Pero lo que peor llevo es ver como ciertos individuos tiran nuestros esfuerzos por tierra con un simple comentario en un periódico de alta tirada. En fin… No sé si todo esto que dije aquí tiene sentido alguno, pero las ideas se me agolparon en la cabeza y la rabia en el corazón.

  2. Totalmente de acuerdo: compartimos pensamientos y sensaciones. A veces prefiero no leer ese tipo de información, pero tenemos un poquito de responsabilidad en intentar que la población no sea sistemáticamente engañada. Frustante, porque no lo vamos a conseguir: tiene mucha más capacidad de engatusar un anuncio de coca-cola o un brujo del advenimiento del mundo natural que alguien que se pase su vida investigando seriamente y al detalle cualquier aspecto de un alimento. Preo no hay que cejar.

  3. Hola Orges, parece ser que a la gente del Mundo le ha entrado la vena “ortorexica” hace unas semanas (yo dona, 24 de febrero 2007, pag.83) publicaron otro artículo sobre Nutrición saludable, el cual comenzaba con la siguiente sentencia…. -los aminoácidos, componentes fundamentales de la proteínas de origen animal (pescado, carne roja)???????? ostras yo que pensaba que también formaban parte de las legumbres, arroz y trigo….
    el artículo como comprenderás no es muy profundo… y yo me pregunto….
    No han pensado en pedir ayuda a gente con una formación mínima?
    Esto creo que es una muestra más de intereses y no, de información.
    Gracias.
    saludos. Javier

  4. Un apunte sobre bioquímica del Glutamato.
    El glutamato es uno de los 20 aminoácidos que forma parte de las proteínas del organismo. No es un aminoácido esencial, es decir, no hay obligación de ingerirlo en la dieta porque se puede fabricar en nuestras células a partir de otras sustancias. El glutamato participa en muchas vías metabólicas y, por ejemplo, puede usarse como fuente de combustible (entra en el famoso ciclo de Krebs). De hecho la mayor parte del glutamato de los alimentos se quema en el mismo intestino como combustible.
    Algo muy interesante es que el glutamato es un neurotransmisor cerebral. Algunos aminoácidos son neurotransmisores excitatorios, como el glutamato y el aspartato, mientras otros son inhibitorios, como la glicina y la taurina (ésta está en el Red Bull, pero es inhibitorio para ciertas neuronas). El glutamato es de los principales neurotransmisores de la corteza cerebral y está en alta concentración en este tejido (no sé si los sesos son umami, no me gustan). Actualmente se sabe que un exceso de glutamato en ciertas zonas del cerebro ocasiona muerte de neuronas mediante un proceso llamado excitotoxicidad. Este mecanismo está involucrado, por ejemplo, en el glaucoma y en el Alzheimer.
    Pero antes de que venga nuestro patrón San Tamaría a decir que el MSG da Alzheimer y que hay que expulsar a los chinos, hay que saber que el glutamato que usa el cerebro se produce en el mismo cerebro, porque el que viaja en la sangre no puede penetrar dentro de las neuronas pues no atraviesa una barrera capilar llamada barrera hematoencefálica. Así que por más arroz chino que uno se zampe el cerebro no se excita, ni se entera.
    En cuanto el Síndrome de Restaurante Chino, de que existe, existe. Es poco frecuente, y aunque se ha involucrado al MSG no hay una demostración de que el causante sea exclusivamente éste. Su aparición depende de la susceptibilidad de cada individuo. Se trata de una reacción de vasodilatación generalizada que ocasiona dolor de cabeza, rubor facial, sudoración, dificultad para respirar y opresión en el pecho.

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