ADICCIÓN A LAS CALORÍAS

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Se sabe ya de hace tiempo que la percepción de sabor dulce produce una liberación de dopamina, un neurotransmisor que provoca una sensación de placer (y si no que se lo pregunten a algunos; por cierto, otros debemos tener esa vía oxidada: a mi lo dulce me deja frío). Esa sensación lleva a «engancharse» al sabor, como si se tratará de una droga (la dopamina juega un papel similar en otras adicciones: sexo, juego…). Ahora unos investigadores de la Universidad de Duke, USA (buen equipo de basket) han publicado un estudio en la revista Neuron (no pongo ya lo de prestigiosa que se me va a gastar, pero lo es y mucho) en el que apuntan a que es el contenido calórico y no el sabor dulce el que provoca esa secrección de dopamina (y por lo tanto el «enganche» a ese alimento). Lo han llevado a cabo con unos ratones transgénicos que no tiene receptores para el sabor dulce: al final elegían siempre el biberón con la disolución de glucosa, aunque ellos no eran capaces de percibir su sabor. En cambio, no mostraban preferencia alguna por beber de un biberon con una disolución de sucralosa (dulce pero sin calorías). Cada uno que saque sus consecuencias, pero estas cosas son difíciles de extrapolar a casos reales de la vida real.
El cuadro es de Sorolla: «¡Al agua!»

6 pensamientos en “ADICCIÓN A LAS CALORÍAS

  1. Ummmmmm……que interesante pero….entonces…..
    Un montaito de pringá con la de calorias que tiene…sería mucho más adictivo y placentero…¿no?
    Desde luego para mí lo son….
    Un saludo
    Javier

  2. Según el artículo lo que causa adicción no es el placer de lo dulce, si no el subidón de azucar. Tiene cierta lógica. Aunque también tiene lógica que asociasemos inconscientemente el subidón de azucar con el sabor dulce, ¿no?. Supongo que los ratones, en ausencia de gusto, probaban un biberón y el otro, y escogían siempre el más calórico.
    Si lo piensas bien casi todos los alimentos muy apetecibles son hipercalóricos bien con grasas, bien con azúcares.
    No se dónde he leido que tiene que ver con nuestro pasado como cazadores recolectores y la acumulación de grasas en épocas de abundancia para superar las épocas de escasez.

  3. Sí, en el libro ese de “El mono obeso” se cuenta algo así. En realidad es verdad que le pasa a casi todos los animales en cautividad: comen mucho más de lo que necesitan en previsión a futuras etapas de carencia, dicen.
    Ya no tenéis blog en doocomo?

  4. Hola, sí tenemos blog en doocomo.com, lo que ocurre es que estamos integrándolo con la web. Tampoco es que le haya dedicado demasiada atención últimamente. En una semana o así estará de nuevo operativo.
    Y volviendo al tema, ¿entonces estamos condenados bien a la obesidad bien al ejercicio compulsivo?. Por que por otro lado, en abundancia de alimento los animales tampoco parecen tener demasiados motivos para quemar calorías… yo personalmente odio los gimnasios

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