MIRA QUE SI AHORA….

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…si ahora resultase que, después de sacrificar miles de cabezas de ganado, cambiar la legislación, las instalaciones, las costumbres, si después de todo eso resultase que el origen de la enfermedad de las vacas locas (o encefalopatía espongiforme bovina) no estuviera en los piensos, sino en los propios genes del ganado. Al menos esa posibilidad existe a la vista de lo publicado en la revista PLOS pathogen por unos investigadores de Kansas, y recogido aquí por El País. Hombre, me cuesta mucho creer que las medidas que se tomaron en su momento no sirvieran para nada, porque de hecho surtieron efecto. Pero parece que no hay que descartar que, en determinados casos, la enfermedad de marras sea un asunto genético. Lo cual sería muy bueno, porque se podría seleccionar el ganado libre de ese gen.
Independientemente de todo eso, el mundo de los virus para abajo me parece apasionante. Virus, priones, viriones y demás coquetean en la frontera entre la vida y lo inorgánico, no adaptándose a todas las premisas que definen la vida (bueno, a las premisas que nosotros hemos fijado para definir la vida), pero mostrando algunos comportamientos (como el de intentar hacer copias de sí mismo) que los hacen asemejarse mucho a cualquier otra forma de vida. Yo, si quisiese fundar una religión nueva y rara, emplearía argumentos relacionados con estos bichos/cosas, que son tan extraños que no hay quién los explique, y lo inexplicable suele dar pie a las creencias. O lo del número pi… Bueno, que me voy por las ramas.
Por cierto, aunque facilón, siempre me hizo mucha gracia el audio este de cómo distinguir a las vacas locas: contagiosa la risa de la vaca.
El cuadro es «Reformed Church at Winterswijk» de ¡Piet Modrian!??