ASPARTAMO Y CÁNCER

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Hace unos días, hojeando un dominical (soy incapaz de leerlos), vi una entrevista a un ínclito personaje que se autoproclama nutricionista iluminado. En el reportaje (por cierto, ¡qué malos son casi siempre los que entrevistan!), entre otras lindezas daba por segura la relación entre el consumo de aspartamo (edulcorante -E-951, Aspartil-fenilalanina-1-metil éster- muy empleado en las bebidas denominadas «light»: pinchar aquí y bajar un poquito en la hoja) y el padecimiento de cáncer. Estas cosas no deberían permitirse decir así a las bravas, pero bueno, ya tenemos ejemplos de todo tipo de impresentables diciendo gilipolleces a diestro y siniestro, sin necesidad de esgrimir argumento ni de retractarse cuando les dan en los morros. Como el personaje me resulta insoportable, he decidido gastar un poco de tiempo en traducir este resumen de un trabajo de la revista “Critical Reviews in Toxicology”, publicado en el 2007, y además, así no tengo que opinar. Por si hay sospecha de que los autores estén untados, éstos representan a 10 centros diferentes de tres países distintos. Y dice así:

“El aspartamo es un metil ester de un dipéptido empleado como edulcorante sintético no nutritivo en más de 90 países del mundo y en más de 6000 productos. El propósito de esta investigación fue revisar la bibliografía científica acerca de la absorción y el metabolismo, los actuales niveles de consumo en el mundo, la toxicología y los estudios epidemiológicos más recientes sobre el aspartamo. Los niveles que se emplean actualmente de aspartamo, incluso en los mayores consumidores en subgrupos especiales, se mantienen muy por debajo de los niveles de consumo diario aceptables de 50 y 40 mg/Kg de peso /día establecidos por la FDA y la EFSA. El consumo de dosis elevadas de aspartamo en una única toma tiene un efecto sobre algunos parámetros bioquímicos, incluyendo los niveles plasmáticos de aminoácidos y de neurotransmisores neuronales. El aumento en los niveles de fenilalanina y ácido aspártico que se producen después de la administración de dosis de aspartamo menores o iguales a 50mg/Kg de peso no son mayores que los que se han observado de manera postpandrial. Los estudios de toxicidad aguda, subaguda y crónica del aspartamo y sus compuestos de descomposición en ratones, ratas, hamsters y perros han encontrado de manera consistente una ausencia de efectos adversos del aspartamo con dosis de hasta 4000mg/Kg de peso/día. Con una revisión crítica de todos los estudios sobre carcinogenicidad que se han llevado a cabo sobre el aspartamo no se ha encontrado ninguna evidencia creíble de la carcinogenicidad del aspartamo. Los datos de las amplias investigaciones sobre la posible neurotoxicidad del aspartamo, en general, no avalan la hipótesis de que el aspartamo en la dieta humana vaya a afectar el funcionamiento del sistema nervioso, el aprendizaje o el comportamiento. Entre los estudios epidemiológicos sobre el aspartamo existen varios estudios de caso-control y un estudio epidemiológico prospectivo bien llevado a cabo con un gran número de sujetos, en el que el consumo de aspartamo fue medido. Estos estudios no consiguieron encontrar ninguna evidencia que avalase una asociación entre aspartamo y cáncer en ningún tejido. Las evidencias existentes apuntan a que el aspartamo es seguro como adulcorante no nutritivo a los niveles actuales de consumo.”

El cuadro es “La caída de Icaro” de Jacob Peter Gowy.

4 pensamientos en “ASPARTAMO Y CÁNCER

  1. ¡….Qué bien me ha venido que escribieras sobre esto…!Hace poco me propusieron que me tomara el café sin endulzar!(por aquello de no tomar edulcorante)y es que hay mucha confusión en la calle al respecto. Gracias!

  2. No había visto la fórmula química del Aspartamo. Por lo que veo en el link que proporcionas, el aspartamo no es más que un dipéptido de fenilalanina y aspartato, con la sola modificación de un grupo metoxi esterificado en el grupo carboxilo terminal del dipéptido. Con la excepción del metoxi, el resto de la molécula del aspartamo no tiene nada de raro, pues ambos aminoácidos son abundantísimos en los seres vivos y supongo que las peptidasas intestinales se encargarán de catabolizar el aspartamo para se absorban sus aminoácidos constituyentes tal como pasa con todas las proteina y oligopéptidos que nos metemos por la boca.
    El gupo metoxi es metabolizado a metanol, una sustancia que a su vez se metaboliza a formaldehido y ácido fórmico, sustancias tóxicas. Hace poco el Buho Gris colgó un post sobre el metanol y el aspartamo (http://elblogdebuhogris.blogspot.com/2008/08/edulcorantes.html) y se comentaba que la cantidad de metanol generado del consumo habitual de aspartamo era insignificante, mucho menor que el metanol que se ingiere con cualquier vino o sidra. En principio el cuerpo no tiene ningún problema para deshacerse de estas cantidades de metanol y sus subproductos.
    Aunque químicamente el aspartamo no tiene nada de peculiar ni peligroso, tampoco podemos estar seguro de que carezca de actividad biológica y consecuencias derivadas de la misma. Muchos aminoácidos y oligopéptidos presentan actividades biológicas en determinadas localizaciones. Por ejemplo la somatostatina y la angiotensina son oligopéptidos de gran importancia fisiológica, y una molécula tan pedestre como la glicina resulta ser neurotransmisor en el cerebro. Hasta ahora no hay evidencia de que el aspartamo actúe sobre ningún receptor celular específico, aparte de las papilas gustativas.

  3. Gracias por el comentario, Flat,
    Sí, se hidroliza rápidamente, y por eso puede haber un pequeño pico plasmático de fenilalanina después de consumirlo. En cuanto a lo del metanol, ¿qué se puede añadir? Y además, grupos metoxi que se conviertan en metanol en el metabolismo también los hay a cientos. Y en cuanto al posible efecto de la fenilalanina y el aspártico… hombre, creo que están libres de cualquier sospecha, pero si la hubiera, ¿qué podríamos comer? porque como bien dices al comienzo del comentario, son aminoácidos de lo más común.
    Saludos

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