DIETAS PARA ADELGAZAR: DA IGUAL SU COMPOSICIÓN

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Siempre y cuando esté reducido su contenido calórico, claro. Esto es lo que se desprende de un estudio publicado en (todos en pie por favor) “The New England Journal of Medicine”, una de las revistas con más prestigio (si no la que más) en temas médicos. En el mencionado artículo, unos investigadores de la escuela de salud de Harvard con otros del Pennington Biomedical Research Center de la Universidad del Estado de Louisiana, estudiaron distintas dietas con igual contenido calórico (con una disminución de 750 calorías con respecto a una dieta que cubriese exclusivamente las necesidades diarias) pero en las cuales dicha reducción se había conseguido reduciendo bien las grasas, bien los hidratos de carbono o bien las proteínas (concretamente se probaron 4 dietas distintas: baja en grasa con contenido proteico normal, baja en grasa y alta en proteínas, alta en grasa y contenido proteico normal y alta en grasa y en proteínas. En todas las dietas (eso sí) la grasa fue diseñada para ser cadiosaludable. Los individuos (811!!) fueron estudiados durante dos años, y se siguió la evolución de su peso, de sus dimensiones corporales y parámetros plasmáticos. Traduzco los resultados que se incluyen en el resumen del artículo (por cierto, su versión íntegra está disponible gratuitamente):

“A los 6 meses, lo participantes asignados a cada dieta habían perdido una media de 6 kg, lo que representa un 7% de su peso inicial; empezaron a ganar peso de nuevo después de 12 meses. Durante 2 años, la pérdida de peso permaneció similar en aquellos que fueron asignados a una dieta con un 15% de proteínas y los que fueron asignados a una dieta con un 25% de proteína (3.0 y 3.6 kg respectivamente), en aquellos asignados a una dieta con un 20% de grasa y a una dieta con un 40% de grasa (3.3 kg en ambos casos), y en aquellos asigandos a una dieta con un 65% de carbohidratos y los asignados a una dieta con un 35% de carbohidratos (2.9 y 3.4 kg respectivamente) (P>0.2 en todas las comparaciones). Del 80% de participantes que completó el ensayo, la pérdida de peso media fue 4 kg; entre el 14 y el 15% de los participantes tuvieron uan reducción de al menos el 10% de su peso corporal inicial. La saciedad, el hambre, la satisfacción con la dieta y la asistencia a las sesiones de grupo fueron similares para todas las dietas; la asistencia estuvo fuertemente asociada con la pérdida de peso (0.2 kg por sesión a la que se asistió). Las dietas mejoraron los factores de riesgo relacionados con los lípidos plasmáticos y los niveles de insulina en ayuno.
CONCLUSIONES: Las dietas con un contenido calórico reducido conducen a una pérdida de peso clínicamente significativa, independientemente de en qué macronutrientes se haga énfasis.”
Los seguidores del blog tal vez recuerden algún debate sobre este tema en los comentarios a algún post aquí en lamarga.
El cuadro es “Sunset on the Seine (at Lavacourt)” de Monet.

5 pensamientos en “DIETAS PARA ADELGAZAR: DA IGUAL SU COMPOSICIÓN

  1. Hay otro artículo en la sacrosanta revista NEJM que no creo se haya comentado en la Margarita. Este trabajo apareció en el número del 17 de julio de 2008 (N Eng J Med 2008;359:229-41) y se titulaba “Weight Loss with a Low-Carbohydrate, Mediterranean, or Low-Fat Diet”. Fue un estudio multicéntrico con participación de Israel, Alemania y USA.
    Se incluyeron 322 obesos moderados y tuvo 2 años de seguimiento. Se dividió en 3 grupos: 1) Dieta baja en grasas con restricción a 1500 o 1800 kcal/día según sexo y no más de 30% de kcal proveniente grasas. 2) Dieta mediterránea, con la misma restricción calórica, tolerando hasta 35% de calorías provenientes de grasa, rica en fibra, frutos secos y aceite de oliva. 3) Dieta baja en carbohidratos, sin restricción calórica alguna, pero con máximo 20g al día de glúcidos, hartándose de toda la grasa y proteína que se desease.
    Resultados: la pérdida media de peso fue de 2,9 kg en el grupo bajo en grasa, de 4,4 kg en dieta mediterránea y de 4,9 kg en la lowcarb (p<0,001). La reducción del índice colesterol total/HDL fue de 12% en dieta baja en grasas y de 20% en lowcarb (resultado intermedio en la mediterránea). El perfil de glicemia e insulinemia fue más adecuado en dieta mediterránea que en lowcarb.
    Aunque la pérdida de peso fue más rápida y mayor en la lowcarb que en la mediterránea, la tolerancia fue superior en esta última, pues el grupo lowcarb presentó la mayor tasa de abandono.
    Parece sugerirse que la dieta mediterránea es globalmente la más equilibrada para control de peso.
    Esto contrasta con los resultados del trabajo que mencionas del 26 de febrero de 2009 en el NEJM, donde no se observaron diferencias entre 4 composiciones diferentes de dieta. Cierto es que son diseños diferentes y que en estudios nutricionales es imposible controlar todos los factores intervinientes.
    La conclusión del último trabajo de que lo importante es la restricción calórica, es algo completamente aceptado y lógico, pues obviamente si se ingresa menos de lo que se gasta el balance será negativo (eso no lo dice ya la nutrición, sino la contabilidad y la termodinámica).
    Se pueden hacer algunas observaciones:  la primera es que probablemente las dietas bajas en grasa, que clásicamente habían sido las preferidas durante las últimas décadas, no sean las más eficientes en cuanto a control de peso, perfil lipídico y glicémico (de allí tantos y tantos fracasos y frustraciones en dietas de adelgazamiento clásico). La segunda es que las diétas mágicas de coma todo lo que quiera mientras no sean carbohidratos sí que hacen bajar peso y curiosamente no fastidfian el perfil lipídico, pero esto es a costa de poner patas arriba la maquinaria metabólica y hacer que las células que sólo pueden funcionar con glucosa (como las del cerebro) deban funcionar con un combustible peor como son los cuerpos cetónicos (lo comentaste en un post, que el consumo de glúcidos mejoraba la agilidad mental y la atención, o algo así).
    Las dietas más revolucionarias en la actualidad, como la Montignac o la Atkins, abogan por la reducción de carbohidratos, y quizás sea correcto reducirlos con respecto a la dieta tradicional que llevamos, pues el nivel de actividad física de una persona promedio no suele consumir las calorías ingeridas como carbohidrato. Este exceso de glúcidos es rápidamente dirigido por la insulina hacia el tejido adiposo y se almacena como grasa. Dado que la respuesta de la insulina ante aminoácidos y lípidos es menos contundente, una dieta más rica en estos puede permitir un consumo más lento con menor almacenamiento en forma de grasa.
    Repito, en temas de nutrición hay muchas variables y muchos mitos y leyendas. Probablemente la base de la nutrición correcta sea tan sencilla como no comer más de lo que se piense gastar en forma de actividad física, y ya. Nuestra dieta mediterránea es muy equilibrada (y sabrosa como pocas) y quizás baste con modificar la proporción de carbohidratos de acuerdo con la actividad física de cada persona para que sea una dieta perfecta.

  2. ¡Cómo te lo curras, Flat!
    Suscribo palabra por palabra tu comentario. Me gsutaría hacer hincapié en la aparente disparidad de resultados. Ser un nutricionista serio debe ser para volverse loco. Si no eres serio, tienes el campo abonado para poder decir lo que te salga d elso cojones, porque casi siempre encontrarás un trabajo que te avale.
    Únicamente una cuestión. Yo lo d ela dieta mediterránea no lo acabo de encontrar definido, tal vez por el abuso que se ha hecho del término para casi cualquier cosa. ¿No es dieta mediterránea la de los italianos? pues comen pasta por un tubo. Y los franceses? pues la mantequilla es la base grasa de sus platos. Entiendo que es lo que se quiere decir en algún trabajo cuando se utiliza el término, pero en la práctica esta desvirituado porque todo chichirimundi lo usa para arrimar al ascua a su sardina. Por ejemplo, para atiborrar los platos de aceite de oliva sin remordimiento alguno.
    Saludos

  3. Ciertamente no hay una definición cerrada para dieta mediterránea. A fin de cuentas, más mediterráneo sería lo que yo como en Barcelona que lo que tú comes en Cáceres, aunque para nada significa que yo coma más sano.
    Supongo que los teóricos pilares de este tipo de dieta serían:
    1) Multitud y variedad de verduras. Muchos de los platos mediterráneo son multicolores, por el uso de vegetales con diferentes pigmentos y cualidades nutritivas (me parece que McGee dice algo de que hay que comer de todos los colores).
    2) Proporción mayor de grasas mono y poliinsaturadas a expensas de olivas y su aceite, pescados y frutos secos (y en nuestro caso del gorino ibérico).
    Creo que estas dos cosas son bastantes constantes en todos los países de la cuenca, aunque luego la gastronomía de España sea diferente que la de Grecia o la del Líbano.
    Estos dos pilares también son aplicables, por ejemplo, a la cocina del sureste asiático (con la excepción de la oliva y el ibérico) y también es una gastronomía con buena fama.

  4. Tal como se comenta en el post anterior,  la composición de la dieta es importante, siempre y cuando no se siga una dieta de restricción calorica.
    La restricción calorica a largo plazo tiene el problema de que ralentiza el metabolismo,  con lo que para seguir perdiendo masa adiposa (y muscular), habría que volver a disminuir la cantidad de calorías, lo cual produciría además una mayor pérdida de masa muscular.
    Esto, como es lógico, a largo plazo es insostenible. Una buena alimentación debe plantearse como un estilo de vida, y no como algo de unos pocos meses.
    El problema con la dichosa dieta mediterránea, es que no esta definida claramente como tal, y que del mismo modo que con otros productos, la industria alimentaria la hace propia como si se tratara de una marca comercial. Los vendedores de aceite, los de jamones, los pescaderos, etc.
    Cualquiera que no entienda de nutrición, podría pensar, que en la dieta mediterránea, entrarían todo tipo de productos que la gente en general considera “tradicionalmente mediterráneos” y con razón. Si hacemos memoria en el mediterráneo se han consumido tradicionalmente cantidades enormes de pan, tocino de cerdo, carne de cerdo, aceite en cantidades enormes, fritos, embutidos, leche entera, etc. Esta es y ha sido durante siglos parte de la verdadera y tradicional dieta mediterránea.
    Lo que se propone en la actualidad como dieta mediterránea, poco tiene que ver con la tradicional dieta mediterránea, y es esto lo que hace un flaco favor el público en general que intente cuidar su nutrición.
    La fabulosa dieta mediterránea que se propone en la actualidad, no es mas que una dieta baja en carbohidratos de índice glucemico alto, media en grasas, de las cuales habría que elegir las mas saludables (pescados grasos, aceites vegetales sin refinar y frutos secos…) y media en proteínas.
    Esta dieta, que es muy sana y recomendable, sinembargo no se diferencia en nada de muchas otras dietas actuales, que abogan por el control de la insulina, como por ejemplo la dieta de la zona, o cualquier otra dieta etiquetada comercialmente por su “descubridor” para una mejor venta al publico.
    Lo único en lo que destaca la dieta mediterránea es en la machacona insistencia en el consumo de aceite de oliva, que nos venden como si fuese la panacea para todo o bien como si fuese una grasa que no engorda y que se puede consumir en cualquier cantidad. Si bien el aceite de oliva virgen es quizas la mejor grasa vegetal de produccion industrial masiva, su consumo debe ser moderado, y siempre en crudo.
    Creo por tanto que se debería revisar el equivoco termino DIETA MEDITERRANEA, dado lo poco descriptivo que resulta, y la cantidad de errores a los que conlleva. Eso si como marca comercial para vender aceite y productos del país (que tampoco esta mal), insuperable.

  5. Cierto, MAscar, esas son tal vez las directrices que deberían caracterizar una dieta “Mediterránea”. Pero hay excepciones que casi se convierten en la regla, como las que cita Andrés, o la pasta en Italia (no es de bajo IG) o el arroz en levante. pero vamos, tampoco nos vamos a poner tiquismiquis, más o menos sería una dieta como tu muy bien has descrito.
    Andrés, coincido contigo en la burrada que se comete en ocasioens con estar todo el día diciendo que el acetite de oliva es genial. Hay mucha, mucha, mucha gente que está convencida de que, como es muy bueno, cuanto más mejor.
    Saludos

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