PICANTE Y HÚMEDO (Y NO TIENE NADA QUE VER CON EL SEXO)

Ya lo afirma el famoso aforismo sobre los pimientos del Padrón, que unos pican y otros no. Pues parece que algo parecido les pasa a los chiles (que no dejan de ser hermanitos del mismo género Capsicum), y eso es lo que han estado estudiando unos investigadores de la Universidad de Indiana en chiles de Colombia. Al parecer hay grandes diferencias en la incidencia de picante en los chiles dependiendo de la región donde se producen, y parece que este hecho está ligado el grado de humedad del terreno donde son cultivados.

La presencia de sustancias picantes en los chiles (ya se comentó por aquí que no era un sabor, sino una sensación trigeminal o quimestésica) es una estrategia de la planta para defenderse de determinados hongos que crecen especialmente en las regiones más húmedas. En los lugares más secos estos hongos no pueden desarrollarse, y allí el picante no supone ninguna ventaja para la planta. Es más parece que cuando hay poca agua, las plantas que no son picantes producen muchas más semillas que las picantes, por lo que a las pocas generaciones, empezará a haber una mayor proporción de plantas no picantes. Sin embargo, la protección que tienen contra los hongos las plantas picantes determina que en las zonas húmedas pase justamente lo contrario, y a las pocas generaciones serán las picantes las que sean predominantes.

Y así resultó en el estudio: en Colombia, las zonas de producción más secas tenían una incidencia de picante en sus chiles de entre el 15 y el 20%, mientras que las zonas más húmedas el 100% de los chiles resultaron picantes.

Quien tenga chiles en casa y quiera que no piquen, que no recurran a tener a las pobrecillas plantas a pan y sin agua: no resultará. El hecho de que el ambiente sea más seco no hará que la planta produzca una menor cantidad de capsaicina (principal responsable del picor de los chiles). Se trata simplemente de la explicación de que en las zonas más húmedas predominen los que pican y en las secas los que no.

El cuadro es “Fuego cuadrado” de Rafael Canogar.