COMIDA EN EL ESPACIO

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Ya se comentó en alguna ocasión aquí, en lamarga, algo sobre la comida de los astronautas y mi afición a este tema (en realidad, mi deseo oculto y frustrado de ser astronauta). Hace unas semanas anunciaba también aquí que iba a haber una conferencia sobre el tema en Bilbao, en el transcurso de las actividades encuadradas en “Across the Universe”. Bueno, en estos enlaces (El Correo Digital, Deia y Diario Público) se recogen algunas crónicas de la jornada (con algunas incorrecciones, qué se le va a hacer). Y ya de paso, como soy un tío generosísimo, os pongo un enlace con la presentación que utilizamos en pdf (protegida, eso sí). Ocupa uno y la yema del otro (unos 10 megas), así que el que no tenga una conexión rápida y no quiera estar un buen rato esperando, que lo deje. Por cierto, ya puestos, también tenéis en este enlace una presentación de la ponencia mía en Almería, y sin proteger. En este otro enlace tenéis una página en la que están los enlaces a todas las ponencias de este curso de Almería.
El cuadro es «Aasgaardstrand» de Edvard Munch.

COMIDA PARA ASTRONAUTAS EN BILBAO

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Tal y como comenté ya en una entrada pasada, desde que estuve en los USA (Universidad de Cornell, NY), tengo un gran interés por el tema de la comida para misiones espaciales, que me viene de mi participación como miembro de un panel de catadores de comida para la NASA. Bueno, un amigo mío que sabía esta debilidad mía, me ha invitado a dar una charla en Bilbao el domigo día 18 sobre este tema, en colaboración con Juan Carlos Arboleya (AZTI) y Ricardo Pérez (Restaurante Yandiola), organizada por AlhondigaBilbao, dentro de la semana de actos denominada “Across the Universe-Descubre el universo”. Después habrá incluso una degustación de platos adaptados a los requerimientos de la comida que se consume allí arriba. Pues eso, para los que estén por allí, creo que la entrada es gratuita.
El cuadro es “Sleeping nude” de Lucian Freud.

COMER AHÍ FUERA

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Recoge hoy el diario «El mundo» una noticia sobre un alimento que han desarrollado los japoneses para sus astronautas: sopa sólida (yo diría por el texto que «semisólida» es decir, más bien puré, o algo así). Y es que la comida para astronautas parece que tiene que cumplir una serie de requisitos, entre otros, no ser muy líquida (más bien no tener mucho líquido). Cuando estuve de investigación post doctoral en la Universidad de Cornell, en USA (1999, ya ha llovido), colaboré como catador en un panel que evaluaba comida para la NASA, para la misión a Marte (he encontrado esta página con una foto de Jean Hunter, que era la que coordinaba el asunto, y otra foto de las cabinas donde catábamos la comida que teníamos que evaluar los voluntarios), y llegué a participar en una par de reuniones con los investigadores que estaban desarrollando los platos. El grupo de esta universidad trabajaba fundamentalmente en desarrollar recetas atendiendo a dos variables: uno de los requerimientos era que la comida tuviera poca sal, porque en ausencia de gravedad parece que los huesos sufren una cierta descalcificación, y la sal potencia este proceso. Otro era desarrollar platos sin carne (el precio de los cereales en Marte debe estar por las nubes, y tener a las vacas pastando con escafandra queda chulo pero parece poco efectivo, así que criar allí ganado saldría por un pico) pero imitando la textura de la carne. Algunos pensará que eso ya existe, la carne de imitación que venden para los vegetarianos, pero en este caso tenía que elaborarse con plantas que pudieran producirse usando cultivos hidropónicos (es decir, plantas que se cultivan sin suelo, en pequeños recipientes con agua y las sales necesarias y un soporte com grava o turba, donde crecen sus raíces), que es como piensan producir los alimentos en las misiones espaciales de larga duración. Así que, en resumen, comíamos en el panel hamburguesas de lentejas sosas . Yo les sugerí en aquel entonces que usaran transglutaminasa para sus hamburguesas vegetales (se desmoronaban con facilidad) y glutamato monosódico para que supieran a algo (la cocinera había optado por las especias, y a ese paso los astronautas no tendrían osteoporosis, pero seguramente sí un agujero en el estómago). La verdad, cuando me vine les perdí la pista y no sé si hicieron algo con mis propuestas. Después, al venir, ya metido de lleno en el mundo este de la gastronomía, le propuse a la ESA (agencia europea del espacio) poner en marcha una línea de investigación similar aquí… palmaditas en la espalda, largas, que muy interesante, que en el futuro… Sé que Paul Bocuse desarrollo una serie de platos para la agencia, y que el año pasado en unas demostraciones en Barcelona alguien también hizo algo (como veis, tengo datos precisos al respecto).
Es que yo, en realidad, lo que quiero ser es astronauta.
El cuadro es «La Nevera» de Antonio López.
¡Qué bueno es el último de Radiohead entero, y qué buena es «Jigsaw falling into place» en concreto, coño!