¿AUMENTA EL APETITO CON EL ALCOHOL?

Así a bote pronto, a esta pregunta contestaría que sin duda sí, o por lo menos que a mí sí. Pero obviamente esta  es una respuesta poco científica. Cuando bebo vino o tomo cañas como más, pero claro, en la mayoría de las ocasiones eso va ligado a un acto social (con los amigos, tomando pinchos). ¿Comería lo mismo tomándome una vaso de agua? Confieso que no lo he probado nunca. Pero hay unos cuantos grupos de investigación que sí lo han investigado de una manera científica, es decir, con un diseño experimental adecuado, repitiéndolo un número suficiente de veces y con el número adecuado de sujetos, analizando los datos con las herramientas estadísticas adecuadas y discutiendo los resultados considerando conocimientos previos (también obtenidos científicamente). Son trabajos curiosos, en los que seguramente todos quieren pertenecer al grupo de los que les toca el vino o la cerveza:

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SURTIDO

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Pues eso, una selección de algunos artículos que me han llamado la atención:
.- En un reciente estudio publicado en el European Journal of Clinical Nutrition (y está entero gratís!!!), se apunta un efecto de disminución tanto del colesterol plasmático total como de la fracción del LDL (el “malo”, así le llaman) como consecuencia del consumo de pequeñas cantidades diarias de hidroximetilpropilcelulosa (una prima hermana de la metilcelulosa… no comments). Parece que este efecto se debe al aumento en el tránsito intestinal y la disminución en la absorción de grasas; además, se produce con menores cantidades de otros compuestos que ya se emplean en el mercado con este propósito, como el psyllium o el beta-glucano.

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