REBOZADO EN CORTEZA

Ya en tiempos hablé aquí en lamarga de la posibilidad de utilizar la piel de cerdo para rebozar. De hecho, conté en esa misma entrada como el propio Nathan Myhrvold (el de Modernist Cuisine) había desarrollado un método para rebozar con pequeños pedazos de piel de cerdo cocida, que pegaba sobre la superficie del elemento a rebozar con metilcelulosa, dando luego, en la fritura, una superficie adherida y con una crujencia similar a la de las cortezas de cerdo fritas (ya que en realidad esos pequeño trozos no dejan de ser cortecitas todas unidas).

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HERRAMIENTAS DE LA NUEVA COCINA XXXI.- LÁMINAS DE PIEL

Llevamos trabajando ya un tiempo en este asunto, y si me decido a contarlo sin todavía tenerlo optimizado es porque ya le he ido con el cuento a un par o tres de cocineros (algunos insignes) y no hemos sido capaces de sacarle partido. Paralelamente, en la última edición de “Starchefs” en Nueva York, Nathan Myrhvold, un mandamás de Microsoft reconvertido a enreda científico-culinario, en una presentación con un par de chefs, hizo un plato con un desarrollo similar a este (sniff!! Ya llevo unas cuantas de estas de quedarme con cara de tonto). Bueno, voy al grano, que me enrollo casi como un profesor de universidad.

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HERRAMIENTAS DE LA NUEVA COCINA XVIII.- OTRAS APLICACIONES DEL VACÍO: ESPUMA SÓLIDA DE CHOCOLATE

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De tan sencillo como es, resulta brillante. En el libro “In search of perfection”, del amigo Blumenthal, se sugiere la siguiente técnica para realizar una espuma de chocolate sólido (de hecho, en esta reseña en lo mejor de la gastronomía sobre «The fat duck», viene una foto: bajando hasta la cuarta fotografía). La cosa consiste en, primero, fundir chocolate (tipo cobertura). A la hora de fundir se recomienda siempre que se controlen las temperaturas, de tal manera que no se sobrepasen los 42-43ºC. Mientras tanto se va calentando un sifón al baño maría, para que esté calentito, a unos 50ºC. Una vez fundido el chocolate, se pasa al sifón y se aplican 3-4 cargas de N2O (óxido nitroso, por cierto, el gas de la risa). El sifón tiene que estar calentito para que no se solidifique el chocolate al momento. Inmediatamente se sifona el chocolate en un recipiente (mi experiencia me dice que mejor si es estrechito).

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HERRAMIENTAS DE LA NUEVA COCINA XIV.- ALCOHOL PARA REBOZAR (revisited)

imageEl amigo Pedro I. Simonet leyó el post de hace ya un tiempo aquí en lamargarita, en el que se explicaba la metodología para rebozar con una masa en la que se empleaba vodka en vez de agua. Y por extraño que parezca, hay gente que nos hace caso: Pedro lo probó y ha comentado su experiencia en este foro, con vídeo y todo. Es mejor que lo leáis directamente. Creo que resulta especialmente interesante que al día siguiente se mantenga el rebozado crujiente (para catering y comidas preparadas me parece que puede tener un futuro prometedor).
Muchas gracias Pedro. Por cierto, aunque te agradezco el comentario, de jamones, tras más de 15 años investigando, cada vez estoy más seguro de que no tengo ni idea.
El cuadro es «Tejados de París en la nieve» de Gustave Caillebotte

HERRAMIENTAS DE LA NUEVA COCINA XIV.- ALCOHOL PARA REBOZAR

imageUno de los aportes más importantes que puede ofrecer el mundo de la ciencia de los alimentos a la cocina es el conocimiento profundo de las propiedades y composición de los alimentos. Con este saber, se pueden optimizar multitud de procesos tradicionales en la cocina, o avanzar en nuevas direcciones no consideradas previamente. Un claro ejemplo nos lo muestra Heston Blumenthal en su libro “In search of perfection” (que está siendo traducido por Antonio Vercet , de la Universidad de Zaragoza, y será publicado en español en breve por Acribia, editorial en la que están traducidos los libros de Herve This y Peter Barham: se pueden encontrar en su página web). Heston desarrolla una masa para rebozar pescado (o lo que sea), que finalmente resulta en un rebozado tremendamente crujiente. Su elaboración se basa en el uso de alcohol en vez de agua cuando se elabora la masa. Más concretamente, la masa se elabora con vodka y cerveza (además de harina, por supuesto). Como explica Harold McGee (autor de “On food and Cooking, que también saldrá a la luz en castellano en breve), el asunto clave aquí es el alcohol. Por un lado, favorece una rápida disolución del gluten de la harina, de tal manera que no se forman redes elásticas de esta proteína (como sí que ocurre, por ejemplo, en el caso del pan: el gluten es el responsable de la textura esponjosa del mismo). Además, el alcohol reduce la cantidad de agua que pueden absorber los gránulos de almidón. Por último, el alcohol se evapora mucho antes que el agua, de tal manera que la masa se seca rápidamente cuando se fríe, y forma rápidamente una capa crujiente y dorada, evitando que el pescado (o lo que sea, pero es en pescado donde se aprecian más los efectos) se cocine en exceso (en realidad, la capa de rebozado consigue establecer una barrera que impide la pérdida de jugos del pescado y también evita un calentamiento excesivo, lo que permite que las proteínas de la carne del pescado no se contraigan hasta tal extremo de provocar un endurecimiento del músculo). Parece ser que esa capa crujiente persiste bastante, y lo que es más interesante, vuelve a ponerse crujiente si se recalienta en el horno.
En su receta, Heston propone meter la masa en el sifón con CO2, lo que permite tener un rebozado muy hinchado, con multitud de burbujas, lo que hace que sea más fino y crujiente. Pero Harold comenta en el NY Times que aunque esto ayuda, ese paso no es completamente necesario (por si queréis probar en casa). La receta de Heston adaptada por Harold para el hogar es esta:

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