Jornadas gastronómicas de excelencia de la Universidad de Cádiz: Una mirada desde el Bicentenario

Doy por finalizadas mis vacaciones en lamargarita (a la Universidad ya regresé hace casi un mes). Como otros años, llegaba del verano deseoso de contar nuevas experiencias y colgar informaciones curiosas y llamativas, pero según aterricé a finales de Agosto, esto se parecía a esos espectáculos en los que un malabarista mantiene platos dando vueltas sobre un palo, y tiene constantemente que ir de un lado a otro para que no se le caigan.

Hoy he conseguido sentarme estos minutos para anunciar que los compañeros de la Universidad de Cádiz, encabezados por Ana Roldán y Victor Palacios, organizan las “Jornadas gastronómicas de excelencia de la Universidad de Cádiz: Una mirada desde el Bicentenario” (en la página existe un enlace al formulario de inscripción), que tendrán lugar en Cádiz del 3 al 5 de Octubre. El programa suena de fenómenos (que diría Alex), pasando por charlas sobre el Garum, sobre maridajes o sobre gastronomía y ecología, continuando con catas de vinos, vinagre, sales y algas, y todo aderezado con numerosas degustaciones de tapas. El que suscribe intentará no deslucir con una charla sobre “Innovación en la cocina”. Con este programa, y desarrollándose en Cádiz, tiene una pinta estupenda.

El cuadro es «Boat in the moonlight» de Odilon Redon (que tiene nombre de personaje de aventura de Tintín).

INFUNDIENDO QUE ES GERUNDIO

Dice el diccionario de la RAE que infusionar no existe, y yo que de un tiempo a esta parte me he vuelto más bien clásico (a mejor vida pasaron los pelos largos, las muñequeras de clavos y las camisetas de los Maiden), prefiero emplear las palabras que acepta la academia (aunque a veces…). Así que a la “Acción de extraer de las sustancias orgánicas las partes solubles en agua, a una temperatura mayor que la del ambiente y menor que la del agua hirviendo” le llamaré infusión o infundir.

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TRASLÚCIDO

Existen muchos alimentos que son porosos, es decir, en los que una parte de su volumen está constituida por aire atrapado en pequeñas cavidades de diferentes diámetros. Por ejemplo, muchas frutas, como la manzana o la sandía, verduras, como la berenjena o el calabacín, u hongos, como los champiñones o los boletos. Cuando se realiza la impregnación a vacío gran parte de esos poros se rellenan del líquido con el que se quiera impregnar. En la práctica, lo que ocurre es que habría agua en las células (un vegetal es mayormente agua) y agua fuera de las células del alimento (la del líquido con la que se haya impregnado). Vamos, que todo o casi todo el volumen del alimento pasaría a ser líquido.

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