He estado leyendo lo de los premios anti-Nóbel, y hay algunos buenísimos. Tal vez el mejor no sea el de nutrición, pero como tiene que ver algo con lo mío, y se lo lleva uno de la Universidad de Cornell (Nueva York, USA), donde yo trabajé un tiempo, pues me ha hecho ilusión y lo transcribo tal y como:
«Y en Nutrición, ganó Brian Wansink, de la Universidad de Cornell, por estudiar el apetito de las personas, al darles un plato de sopa sin fondo en el que nunca se acababa su contenido.»
No obstante, el que más me ha gustado es este: «El de Medicina fue concedido al británico Brian Witcombe y el estadounidense Dan Meyer, por un análisis de los efectos secundarios de introducirse espadas por la garganta. Llegaron a la conclusión de que la práctica ocasiona irritaciones. Como prueba, presentaron el caso de un hombre que se hizo daño en el esófago y al que se le inflamó la membrana protectora de los pulmones «cuando le distrajo un papagayo que tenía en el hombro y que se estaba portando mal».
¡¡¡La gallina!!!