En un revelador artículo de recopilación publicado en la página de la National Public Radio, se recoge una información muy interesante acerca del pan blanco y el pan integral, que voy a tratar de plasmar aquí.
Está más o menos admitido (aunque para estos asuntos es mejor darse una vuelta por el blog de Centinel) que el consumo habitual de pan integral resulta más sano que el de pan blanco. Sin embargo, resulta difícil resistirse a un buen pan blanco, y en cambio, no mucha gente profesa culto al pan integral. Amén de que la textura pueda resultar diferente, resulta claro que el aroma no es el mismo. Y no hace falta ni siquiera degustarlo: una hogaza de pan blanco huele que alimenta y el pan integral, hombre, no huele mal, pero no se te hace la boca agua. Sigue leyendo