PERÚ

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No tengo capacidad para describir lo impresionante de Machupicchu, Saqsayhuaman u Ollantaytambo. Merece mucho la pena visitar Perú, conocer su gastronomía y disfrutar de la hospitalidad de su gente. Como lamarga va de alimentos, en eso me quedaré. La gastronomía de Perú es riquísima y variada. En eso tiene mucho que ver la cantidad de climas y ecosistemas diferentes que componen este país, lo que provoca una enorme variedad de ingredientes. A todo ello hay que añadirle las diferentes culturas que, en mayor o menor medida, han tenido influencia en su historia (me doy cuenta, después de haberlo escrito, que en resumen, el texto se acerca a lo que dicen en la wikipedia). Ceviches, chupes, ají de gallina, papas de diferentes maneras (¡¡en torno a 2400 variedades de patata registradas en el Perú!!), carne de alpaca o de cuy… Me encantó visitar el mercado de Cuzco, con multitud de puestos de frutas y verduras que jamás antes había visto. Me llamó la atención uno de ellos, donde se exponían al menos 15 variedades de papa. Y la mitad del mercado con puestos dedicados a elaborar y servir comidas de las que no solíamos tomar los turistas. Sorprendentes el cuy (conejillo de indias, un roedor de pequeño tamaño típico de la zona de Cuzco) y la carne de alpaca (un camélido similar a la llama). Deliciosa una fruta para mí desconocida, la lúcuma, que en helado y en zumo es tremenda, con notas a frutos secos pero manteniendo aromas de fruta tropical. Los restaurantes de Lima, de muy buena calidad (habrá de todo, como en botica). Astrid y Gastón (referente de la cocina peruana, con Gastón Acurio a la cabeza) muy bien, aunque para ser sincero, me esperaba más (tal vez no están bien elegidos los platos del menú degustación, que me supo a poco). En fin, que para poder disfrutar de todo habrá que volver.
El cuadro es de Renato Ochoa, peruano (sin título).