HOJAS VERDES

imageCasi todos los estudios de nutrición que se han venido citando aquí, esos donde nos recomiendan consumir más fruta, más vegetales, o donde se encuentran componentes en los alimentos con propiedades interesantes, son de grupos americanos o ingleses. Pues bien, rompo la tendencia: en la prestigiosa revista “Nutrition” se publica un estudio de un grupo gallego de investigación en el que se pone de manifiesto una reducción en el riesgo de padecer cánceres de pulmón de hasta el 50% como consecuencia de un consumo elevado de vegetales de hoja verde, mientras que en cambio, sobre ese mismo tipo de cánceres, el consumo de fruta no pareció tener ningún efecto. Esos efectos se achacaron al contenido en diferentes tipos de antioxidantes en las verduras (vitamina A, E, flavonoides…), aunque (esto es de mi cosecha) muchas frutas son igualmente ricas en esos compuestos.
Bueno, en lo que a mí respecta, la fruta me gusta mucho y la como, pero de vegetales de hoja verde, desde que venden las ensaladas preparadas, me pego unos homenajes de hojas que a veces me siento como una vaca en su prado (sin cuernos).
Hay sin embargo controversia sobre si los antioxidantes en la dieta tienen efecto protector o no sobre el cáncer, con algunos estudios en los que se han demostrado esos efectos y otros donde no se han podido constatar.
El cuadro es de Arcimboldo “El Vertumno”

Y ESTO TAMBIÉN

imageCurioso: por primera vez en la historia podría darse la paradoja de que la generación siguiente tenga menos esperanza de vida que la anterior, debido fundamentalmente a la alimentación (¿y el stress? ¿y la contaminación? ¿y el agujero de ozono y la piel? ¿y el sedentarismo?…). Esta conclusión se recoge en un estudio de la fundación La Caixa. Algunos datos del informe no dejan de ser esclarecedores de la empanada mental que predomina en la sociedad: en una encuesta el 52% dice que el primer factor a la hora de elegir un alimento es la salud, pero por otra parte, el 91% afirma que consume los alimentos que más le gustan o le apetecen. También se señala (no había pensado en ello) que los alimentos que van faltando cada vez más de nuestras dietas (frutas y verduras) tienen que competir sin publicidad alguna con las potentes campañas comerciales en los medios de comunicación de los alimentos elaborados (normalmente con más grasa y azúcares), que nos presentan imágenes «bucólico-pastoriles» ligadas a su consumo. Pues sí, es verdad. Sin demonizar a nadie, pero es verdad. Y eso después de que en los años 60 los informes sobre la alimentación en España apuntaran a la necesidad de que se comieran más proteínas de origen animal, más huevo, más leche, más trigo y menos legumbres. Manda güevos.
El cuadro es «La bicicleta gramínea» de Max Ernst.