¡¡VITAMINA D!!

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Tal y como dice Harold McGee, los beneficios nutricionales o sobre la salud de diferentes alimentos y/o nutrientes que se apuntan o evidencian en trabajos científicos, hay que contextualizarlos y mirarlos con perspectiva. Pero es que en los últimos días he visto de repente un montón de artículos referidos a supuestos beneficios del consumo de vitamina D, con cifras espectaculares y sobre ámbitos bien diferentes. Por ejemplo, en este estudio, en el Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, se observaba como el riesgo de padecer determinados cánceres disminuía considerablemente cuando los niveles de vitamina D eran elevados. De hecho, parece ser que la asociación entre los niveles de vitamina D en la dieta y la protección contra el cáncer data ya de los años 40, cuando Frank Apperly demostró una relación entre la latitud y las muertes por determinados tipos de cáncer, y sugirió que la luz del sol daba una relativa inmunidad contra el cáncer (hay que recordar que la luz del sol es fundamental para la activación de distintas formas de la vitamina D en nuestra piel).
En otro estudio publicado en el Archives of General Psychiatry, estudiando un número muy elevado de personas con edades entre 65 y 95 años, se vio una asociación importante entre los bajos niveles de vitamina D en sangre y la incidencia de depresiones (¡¡todos los mayores a tomar el sol!!), y en este otro en el FASEB journal, se revisaban distintos estudios en los que se han puesto de manifiesto la importancia de unos niveles suficientemente elevados de esta vitamina para mantener la salud del cerebro (¡¡y los políticos también!!).
En esta investigación con 4839 sujetos en estudio (en el Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology), se aventura que aumentar los niveles de vitamina D podría mejorar la salud cardiovascular y reducir la prevalencia de la enfermedad vascular periférica.
Y por último, también este otro, en el Journal of Bone and Mineral Research, donde se sugiere que suplementos dietéticos de calcio y vitamina D se relacionaron con la salud ósea, y redujeron el riesgo de fracturas durante el ejercicio en reclutas femeninos de la marina (la gallina!!).
De la clínica universitaria de Navarra he sacado esta tabla de alimentos ricos en esta vitamina:
(Cantidades en microg/100 g)
Sardinas y boquerones 7,5
Atún y bonito frescos o congelados 5,4
Quesos grasos 3,1
Margarina 2,5
Champiñones 1,9
Huevos 1,7
Otros pescados frescos o congelados 1,1
Quesos curados y semicurados 0,3
Quesos frescos 0,8
Leche y yogur 0,6
El cuadro es «Optic» del amigo Barceló. ¿Qué tal Mascar?