¿Verdad o mentira? Esa es la cuestión

Uno de las grandes cuestiones que se han preguntado los estudiosos del comportamiento animal ha sido si las especies son honestas cuando manifiestan alguna información a sus coespecíficos.

8 pensamientos en “¿Verdad o mentira? Esa es la cuestión

  1. Y lo que parece claro es que mentir (o engañar, o no decir la verdad, o disfrazarla) es una estrategia eficiente para perpetuar los genes. Al menos en mi caso, si no es engañando, no me veo con posibilidades de perpetuar mis genes (cómo me gustan los eufemismos) en un mercado de competencia inmunológica (soy alérgico), de fortaleza (soy enclenque) o de belleza (soy calvo y feo).

  2. Una nueva bienvenida. Tal vez ahora deba mentir y decir que estamos muy orgullosos de que aparezcas por aquí, que sin ti esta aventura no tiene sentido, que has llegado para poner un toque de distinción al sitio, que ahora es cuando empezaremos a leer cosas interesantes. Tal vez así logremos el objetivo de tu fidelidad.
    Oye, eso de la mentira… ¿no tiene que ver con la capacidad para razonar?

  3. Prefiero llamarlo “simulación” y no “mentira” por las connotaciones morales que supone y entonces no es extraño hallarlo en la naturaleza. La falsa avispa, simula ser otra, y falsea la “realidad” percibida por su posible depredador. El hombre simula a través de la ficción, de la imaginación, de sus previsiones de futuro… La clave está en la intencionalidad: todo acto simulado debe ser intencional y la “mentira” por supuesto que tendría un valor evolutivo. Qué hay más decisivo que una bicicleta de Ronaldo…quizá esto hoy sobra, jeje

  4. La mentira no es más que una convención nuestra, de los humanoides.
    Creo que todo se chingó en cuanto apareció el lenguaje simbólico, ni más ni menos.
    Y sí, estoy de acuerdo con que la interdisciplinariedad permita ampliar el campo de visión que hemos perdido desde finales del s.XIX.
    Por aquí paraece que vamos bien.
    Firmado. el creído.

  5. La simulación, la mentira, la apariencia, la educación, el refinamiento y, en fin, la cultura son lo que nos separa de los animales, y es esa dirección la que debería seguir el hombre para ser eso, más humano y menos animal.
    Otra cosa sería involución.
    P.S.: donde dice hombre quiere decir también mujer, se sobreentiende.

  6. No sé si estoy de acuerdo con Jose Ramón. Que somos diferentes a otras especies es claro. Como también resulta evidente que cada especie es diferente de las demás.
    No creo que haya que hacer una intención para ser más humano. Biológicamente no es más humano el más culto o el más mentiroso o refinado (lo es el que tiene una determinada información genética que lo caracteriza y diferencia). ¿Socialmente es más humano el más refinado, el más avanzado tecnológicamente, el más educado? Buff. A ver que dice Miguel (puede sonar a élites y esas cosas). Es casi mejor no posicionarse claramente.

  7. En un artículo del New York Times recogido en el País del miércoles 23 de Marzo (no pongo el link, que es de pago) se hablaba de que algunos grupos están investigando si el cólico del lactante puede ser una estrategia de engaño para llamar la atención de los padres, aunque realmente no necesiten nada (comida, sueño, limpieza…). Parece ser que en algunos primates aparece un comportamiento similar (que es en realidad lo que están estudiando).
    Por cierto, la noticia en el NY Times está (bajo mi punto de vista) exquisitamente tratada. Los periódicos españoles, por lo general, confunden divulgación científica con idiotismo, y suelen destrozar la información para hacerla atrayente. en ocasiones suelen llegar a ofrecer informaciones contrarias a las que el equipo científico había aventurado.

  8. Sé de buena tinta que uno de los que ha enviado un comentario y que está calvo ha mentido “varias veces”.
    ¿Cuándo apareció la conciencia, el sentido de responsabilidad, el complejo de culpabilidad, el instinto materno… del que tanta gente se aprovecha? A mis años (…ta y tantos) intento que sólo me conmuevan las mentiras o no mentiras de mis seres queridos, las demás las miro “como al cafeto” y exclamo “no sé, no sé”…
    y que las aguante otro.
    Creo que en un documental de naturaleza he visto un ave que engaña a los depredadores que quieren alimentarse con sus crías haciéndose la coja; aquí la mentira se utiliza como estrategia para la supervivencia de las crías… ¡así somos las madres!

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