Según un estudio publicado en el Evolution & Human Behavior, la acumulación de carotenos como consecuencia del consumo de zanahorias y/o ciruelas durante dos meses, condujo a una piel con una pigmentación visiblemente más amarillenta (debe ser en el buen sentido del tono amarillo), que a su vez provocó que las personas en cuestión fueran calificadas como más atractivas y más sanas. Perdonadme que no siga escribiendo, me voy a comprar unas zanahorias, a ver si…
El cuadro es «Milk girl» de Diego Gravinese.
No sé si más guapo pero tu blog sigue siendo un referente!!!
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Gracias por el comentario Pingue, aunque una nunca está muy seguro de qué repercusión real tiene a tavés de la red. Es como estar haciendo una actuación de circo sin poder ver si las gradas están medio vacías o vacías del todo.
Y gracias también por los enlaces, a Shadie y a quien corresponda.
Salduos
Hola Jorge,
me alegro de que la margarita se haya «desagotado» y vuelvas a la blogosfera de nuevo.
En cuanto a la entrada de las zanahorias: el caroteno al que hacen referencia es solo el beta-caroteno de las zanahorias?. O también a los carotenos en los tomates (licopeno) y otros amarillos (xantinas)?
En el abstract no lo especifica y no tengo acceso (gratuito) al artículo completo.
Por cierto, existe conexión entre el B-caroteno y la melanina, es decir las zanahorias que recomiendan para ponerse moreno o es más bien que te pones amarillo?
Gracias por el comentario Andrés.
En el trabajo solamente hablan del consumo de beta-caroteno. Y creo que no, que no hay relación entre melanina y consumo de beta-caroteno. Lo que ocurre es que la acumulación de éste último en la piel es otro factor de protección (como lo es la acumulación de melanina). Con lo que en cierto modo es así, con el beta-caroteno te pones más amarillento-anaranjado.
Saludos (espero que el frio no sea demasiado acuciante)