MIRAR DA HAMBRE (o la jodida grelina, qué lata que da)

Hay un tipo de trabajo científico en este mundo de la ciencia de los alimentos y de la nutrición que a mi me resulta particularmente curioso e interesante: son esos que confirman de una manera científica (siguiendo el método científico, con medidas objetivas, sin dejarse llevar por las opiniones) aquello de lo que la mayoría estábamos plenamente convencidos por haberlo sufrido o percibido claramente.

Pues este es uno de ellos: unos investigadores del Instituto Max Plank han publicado un estudio en la revista “Obesity”, en el que evidencian que la visión de imágenes de alimentos deliciosos (aunque esto último es un poco subjetivo) estimula el apetito.

La cosa no es tan de Perogrullo como parece. Lo que han demostrado estos colegas es que se produce un aumento de los niveles plasmáticos de la hormona grelina como consecuencia de la visión de imágenes de alimentos deliciosos (con lo que se saca una conclusión adicional: que la grelina responde a estímulos diferentes en un chino y en el que suscribe, y si no echadle un vistazo a esta entrada antigua sobre el tofu). La grelina es una hormona peptídica que se secreta en el estómago y en el páncreas, y que básicamente controla el comportamiento alimenticio y los procesos implicados en el metabolismo del alimento (vamos, que controla el apetito). Así que estos autores comentan que no solamente es el hambre el que estimula el apetito, sino los factores ambientales que te rodean (vamos, las ganas de comer, en este caso como resultado de estímulos visuales). Así que el que haya empezado los regímenes típicos tras las fiestas, que evite mirar revistas de gastronomía o pasarse por Madrid Fusión.

Por otra parte, este experimento explica algunos aforismos populares como aquel que decía mucho mi padre de “se te llena el ojo antes que el papo”, en el que claramente queda reflejado que la visión de algo delicioso te hace creer que tienes mucha más hambre de lo que realmente necesitas o vas a ser capaz de comer; o aquel otro de “no es lo mismo el hambre que las ganas de comer”, que va en el mismo sentido.

¡Maldita grelina! Yo debo tener los niveles siempre por las nubes.

La obra pertenece a la serie “Facsímiles de Acuarelas “Río Júcar», de Fernando Zobel.

6 pensamientos en “MIRAR DA HAMBRE (o la jodida grelina, qué lata que da)

  1. Hola Jorge. Yo también había visto ese trabajo. Es muy interesante para mis enfermitos oncológicos, siempre que no tengan afectado páncreas y demás. Confirmamos la idea de presentar un poco de comida de forma visualmente deliciosa como una forma de estimulo. Todo esto con las lógicas limitaciones personales que pueda tener el enfermo, pero para los que solamente padecen anorexia y desgana por el tratamiento es interesante. Saludos y gracias como siempre, Cris.

  2. ¡Qué alegría verte por estos lares, Cris!

    No había pensado en ese otro punto de vista. Lo malo es que en alguien que no tiene nada de apetito, tal vez la visión del alimento sea contraproducente (en mí al menos lo es cuando estoy mal de la tripa). Ya nos contarás.

    Besos

  3. Claro, pero eso es porque en ese momento tus tripas están mal! Por eso digo que si no están afectados del digestivo. Pero muchas veces no se come por hastío (macarrones grisáceos de hospital nadando en aguachirle toma todo), por falta de estimulo o por evitar un problema («pojemplo», una disfagia leve. Y en estos casos ya lo creo que ayuda… Poco bien que se comieron el otro día en el hospital todo lo que les llevé 🙂

  4. Sí, sin duda, con el aspecto de los platos que preparó Sergio entra mucha más hambre que con ciertas comidas de ciertos hospitales.

    Besos

  5. Estoy de acuerdo que por el ojo se come mucho – y se disfruta. Solo decirte que preparar raciones más pequeñas, presentadas con «mimo» y cocinadas con un poco de cariño, hacen que las personas con dietas severas – por enfermedad, sigan disfrutando con la comida (por experiencia).

  6. ¡Natividad, qué alegría verte por aquí!

    Sin duda tu experiencia es interesantísima, y le da un valor práctico al conocimiento acerca de como se comparta el apetito. Por cierto, que es posible que en breve me ponga en conacto con vosotros para repetir la experiencia del verano pasado.

    Saludos

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