FOOD HYDROCOLLOIDS

imageCuriosamente, junto a los libros de cocina y cocineros, en la cocina actual empiezan a tener importancia libros de ciencia de los alimentos, sobre todo aquellos de ciencia y cocina (tipo los de Herve This, los de Harold McGee, el de Peter Barham, el de nuestros amigos de Madrid…), pero también los que resuelven de manera concreta dudas que pueden aparecer en la industria en el uso de los (ahora muy utilizados en la cocina) hidrocoloides (goma gelano, goma xantana, gelatina, agar agar, carragenatos, goma garrofin, goma konjac…). Fijaos si esto tiene importancia en la industria de los alimentos, que hay revistas dedicadas únicamente a este tipo de compuestos. La más importante es Food Hydrocolloids. Para que os hagáis una idea de lo útil que puede ser a veces la información de esta revista, en el útimo número se habla de la estructura y la función de determinados tipos de carragenatos, de imitaciones a la textura de los quesos de pasta blanda utilizando mezclas de hidrocoloides o de la estabilidad de emulsiones elaboradas con caseínas y goma gelano.

3 pensamientos en “FOOD HYDROCOLLOIDS

  1. Realmente impresionante.
    Espero tus noticias con ansiedad.
    Todo lo que escribes me parece interesante. No paro de hacer pruebas y leer todo lo que mencionas.
    Siempre te daré las gracias, por la información que nos aportas.

  2. Es curioso, últimamente sólo pones cuadros de pintores que han vivido a caballo entre el XIX y el XX.
    De Klimt me gusta más su obra posterior, aunque me quedo (de largo) con sus dibujos de desnudos.
    Salut!

  3. De Klimt ví una exposición de dibujos en Palma de la que no hubiera salido en todo el día (aunque no todo eran desnudos). Y sí, tal vez me guste más su obra posterior, pero esta “Mujer con capa y sombrero” … qué sé yo, yo no entiendo de esats cosas.
    Y sí, amigo Mascarpone, es verdad lo de los pintores del XIX-XX, y no es casualidad.
    Y Arvo Part, has oido algo alguna vez?. Hay un tema que se llama “Spiegel in Siegel” que es casi ridículamente melancólico. Es parte de la banda sonora de Soldados de Salamina (la pelícua, claro)

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