COMIENDO ARTE

Es una tradición ya de todos los veranos: semanita de enfermedad (no tengo preferencias: lo mismo es una gastroenteritis que un virus agotador) que me deja postrado, del sofá a la cama y viceversa. Ni ganas de leer me quedan, así que mucha tele, bastante navegación y (este año) reversi on-line. Entre tanto salto de una a otra cadena sin apenas atención, me sorprendió un reportaje que ponían en la 2 de TVE: “Eating Art” (lo traducen como “El arte y la comida”). El argumento es que un famoso divulgador de la BBC, Oliver Peyton, que también ha sido cocinero (antes que fraile), o más bien dueño de negocios de restauración, viaja por el mundo para entrevistarse con cocineros y expertos en arte, y materializar cuadros más o menos famosos en forma de recetas. ¡Coño! (me dije en voz nasal y con todo el entusiasmo que me permitía la p*** sinusitis) esto es muy de lamarga.

Así que de cuando en cuando, este verano, he visto algunos de estos documentales. No están en “a la carta“ de TVE (creo que allí solamente ponen las producciones propias), pero en este foro se pueden descargar (hay que registrase y es un poco coñazo). En inglés se pueden ver algunos en YouTube, como el que va de la fruta.

Lo cierto es que algunos reportajes sobre determinados cuadros son divertidos, aunque otros dejan mucho que desear, sobre todo en cuanto a la profesionalidad o calidad de algunos de los cocineros. En cualquier caso, están salpicados de datos curiosos sobre las costumbres gastronómicas de la época en que se pintó el cuadro, o sobre el propio pintor, que intentan quedar relacionados con algunos de los detalles del cuadro. No obstante, a veces, mucha especulación y (como siempre, no es únicamente en lo que hacemos aquí en España) poco rigor: igual te sale un carnicero hablando con rotundidad sobre determinados detalles científicos de la carne, por poner un ejemplo.

Vamos, que tras el alegrón inicial de ver algo muy margariteño, una vez digerido, a mí no me parece un “must”, pero para pasar el rato no está mal.

El cuadro es uno de los que aparece en el episodio de las frutas: “La cena de Emmaus”, de Caravaggio.