NATTO: CASI UN ENCARGO

El otro día comí con Begoña Tormo, antigua directora de la revista Restauradores, que me dio la oportunidad de publicar una serie (4 para ser más exactos) de artículos en la que era entonces (el año pasado) la revista que dirigía. Durante la comida (en Don Lay, muy buena comida china; china de verdad) hablamos sobre muchos temas de gastronomía oriental, y en un momento dado le comenté lo infumable que me resultó el tofu apestoso. Begoña me comentó que entonces debería ser lo mismo o parecido al “natto”, que es también soja fermentada pero japonesa. Ni idea, pero el tema me resultó interesante y en cuanto que he tenido un momentito me he puesto a buscar. Me llama la atención que existan dos alimentos tan malolientes, a base de la misma materia prima, que les resulte tan exquisito a los nativos (aunque por lo visto no a todos) y tan repulsivo a los extraños (puedo atestiguar que la directora del instituto Cervantes en Pekín se lo comía con fruición, pero debe ser una excepción). Como del tofu apestoso ya hablé a mi vuelta de China, paso a hablar brevemente del natto y de lo poco que he encontrado de información científica sobre el (repulsivo) aroma de ambos productos.

Sigue leyendo