TODA LA VIDA PENSANDO LO CONTRARIO…

image
Investigadores de la Universidad de California San Diego han llegado a la conclusión (ver estudio) de que un vaso de vino al día no solamente no empeora la salud del hígado, sino que tiene un efecto protector de la aparición de hígado graso o esteatohepatitis (una enfermedad hepática). En el estudio compararon a personas que no tomaban alcohol (House diría que habría que ver si era verdad eso de que no consumían) con personas que tomaban un vaso de vino al día (una miseria, pero bueno), y vieron que estas últimas tenían un riego un 50% menor de padecer la enfermedad mencionada. Lo curioso es que en el estudio también se estudiaba el efecto del consumo de cerveza, y los que eran consumidores de esta bebida presentaban un riesgo 4 veces superior al normal de padecer esa enfermedad (y digo yo, ¿y los que consumimos con cierta regularidad ambas bebidas?). El estudio no es ninguna tontería: se llevó a cabo con 12000 sujetos y está publicado en la revista «Hepatology». No obstante, y como siempre, este tipo de estudios hay que tenerlos en consideración, pero no amargarse la vida con ellos: si uno no es bebedor de vino, no creo que tenga mucho sentido que se martirice bebiendo un vaso al día.
El cuadro es de Turner: «London» (donde me voy esta misma noche; se admiten sugerencias de lugares para comer no muy caros, por el centro y que merezcan la pena).

¡¡¡LA GALLINA!!!!

imageEstoy seguro de que con este aparato (no sé cómo denominarlo) no se pueden hacer vinos de tanta calidad como en una bodega, pero es la leche. Reconozco que me encantaría tener uno, para enredar, para ir de snob, para investigar…
Estoy seguro de que no sé explicar en qué consiste (tampoco en la página de web: www.winepod.net son muy explícitos). Pero más o menos parece una minibodega informatizada con la que uno se puede elaborar su propio vino en casa. Digo yo que por lo menos zumo de uvas necesitarás, pero tampoco lo juraría.
Por cierto, Cerrino, tiene esto algo que ver con apple?
(así de paso compruebo que, al menos de vez en cuando, Cerrino me lee)

DE LA LEY DEL VINO (O COMO SE VAYA A LLAMAR)

imageEn su línea habitual de sobreproteccionismo de la sociedad, de gran padre que sabe lo que nos viene bien y nos obliga a cumplirlo, el gobierno actual de España prepara (parece ser) una ley que supervise, modere, controle (o cualquier eufemismo que se les ocurra) el consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo el vino (algunos enlace más: la clave, el confidencial digital, ideas y debates). Parece que el detonante de esta ley es el creciente problema que tiene nuestra juventud con el alcoholismo, plasmado finsemanalmente en el fenómeno del botellón. No quiero entrar en argumentos demagógicos (buenas tardes, señor Santamaría) de si ya antes íbamos de botellón, ya antes menudos cogorzones en la Universidad, etc. Lo que sí es cierto es que en esta ley de bebidas alcohólicas se mete en el mismo saco todo aquello que tenga (creo) más de 0.5% de alcohol. Por lo tanto, el vino estará también bajo las garras restrictivas de esta limitación. Y digo yo ¿No se dan cuenta los responsables políticos que el consumo de vino no tiene nada que ver con el botellón, ni con la afición a beber de la juventud? He vivido un año en Dinamarca y otro en USA. Allí nos vanagloriábamos de que en España bebíamos vino en las comidas, de que beber vino era algo cultural, con lo que nos criábamos, sin que ello supusiese que fuéramos todos unos borrachos descontrolados; nos mofábamos de las prohibiciones de vender bebidas alcohólicas los domingos, de los impuestos altísimos. Allí (Dinamarca, Suecia) con todas esas medidas restrictivas y con los impuestos estratosféricos sobre el alcohol, los chavales cogían el ferry de Suecia a Dinamarca, para comprar en el duty-free y emborracharse (de ida) y dormir la cogorza (de vuelta). Allí (USA) las fiestas de fin de semana en las casas de los adolescentes terminaban con frecuencia con visitas de la policía. Y llevaban años de restricción. En USA casi podría decirse siglos.

Sigue leyendo